- ¡¡¡¡Pascu Noooo!!!!
Aquel grito desgarrador se oyó por encima de toda esa locura.
El mencionado sintió primero una presión insoportable en el vientre, el dolor vino después cuando un grupo de hombres se lanzó sobre su atacante haciendo que el filo del arma se deslizara fuera de su cuerpo. Instintivamente se llevo las manos a la zona afectada y se alarmó al sentir su camiseta húmeda y caliente. Lo invadieron profundas ganas de vomitar y cada espasmo venía con una oleada de dolor en toda su zona media. Inmediatamente le fallaron las piernas y cayó de rodillas. Los oídos le zumbaban y solo oía algo similar a una radio que no sintoniza ninguna emisora.
Sintió que unas manos lo obligaban a recostarse y vio aparecer la cara de Rodri que tenía la expresión más aterrada que podría haber imaginado. Lo vio gesticular y quitarse la camisa que llevaba como chaqueta y sintió que le oprimía la herida. Una nueva oleada de dolor vino y comenzó a temblar sin control. Su amigo se veía frenético rodeado de personas que trataban de ayudarlo. Empezó a sentirse fatigado y con mucho frío, trataba de entender que pasaba a su alrededor pero pronto comenzó a tener dificultades para enfocar la vista.
"Así me voy a morir? desangrado como un cerdo..." pensó. Si moría al menos llevaba el consuelo de que fue defendiendo a Rodri. Pensó en su madre y en su padre, en el disgusto que se llevarían. Pensó por un segundo si ellos se verían tan afligidos como lucía su castaño amigo en estos momentos.
"Rodri" pensó con tristeza. Había intentado animarle y vaya mierda de día le estaba dando. Veía con dificultad los verdes ojos de su amigo llenos de lágrimas y angustia, se iba a morir sin haber definido que era ese calor que esos ojos provocaban en su pecho. Tenían la mirada fija en los ojos del otro y entonces, como si fuera una mala broma que la vida le jugaba, le llegó la revelación. Lo quería. Lo quería más de lo que a nadie había podido querer, le necesitaba y deseaba poder estar siempre a su lado para poder hacerle sonreir. Quería decirle que no tuviera miedo, abrazarle y borrar esa expresión de terror que tenía. No, no le quería. Lo amaba. ¿Qué más podía explicar que pese a todo lo que estaba sucediendo a su alrededor su única preocupación fuese la angustia que veía en Rodri? Se sentía tan estúpido por no haber sido capaz de verlo hasta llegada su hora, cuanto tiempo perdido por querer negar lo evidente. Mierda, no se podía morir sin decírselo. Intentó hablar pero solo logró emitir unos jadeos.
Rodri se alarmó todavía más cuando vio a su amigo jadear temiendo que ocurriría lo peor. Sin saber en que momento, había llegado a su lado personal de seguridad del local portando una camilla, y acababan de subir al herido en ella. Pascu levantó una temblorosa mano y Rodri sin pensar se la cogió. Estaba terriblemente fría y las lágrimas de miedo empezaron a correr sin control por sus mejillas.
- No me puedes hacer esto, Álvaro Pascual - sollozó. - No me puedes dejar así.
Pascu sintiéndose cada vez más débil acercó la mano de su amigo a sus labios y depositó un casto beso en sus nudillos. "Perdóname Rodri, no puedo hacer más" pensó mientras una lagrima también caía por su mejilla.
Y luego, todo se volvió negro.

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Fiksi Penggemar- No puedes hacerme esto, Álvaro - dijo sollozando mientras sostenía su mano ensangrentada. Este la acercó a sus labios y luego todo se volvió negro. ****** Un nuevo libr...