Pascu acariciaba la espalda de su amigo sin saber qué decir mientras este seguía llorando.
Se sentía impotente al no poder hacer nada para ayudarle y no encontraba palabras que sirvieran para animarle.
Si a él le arrebataran lo que más ama en la vida nada podría darle consuelo y suponía que así se sentía su amigo. Si tan solo nada de eso hubiera pasado, deseaba poder tomar la carga de su amigo o darle sus propias manos para evitarle el dolor. Él sería sus manos si así lograba ayudarle.Poco a poco Rodri dejó de llorar pero seguía en la misma posición, y Pascu tardó en darse cuenta de que se había dormido ahí a su lado.
Pensó en lo difícil que debieron ser esos días para su amigo tratando de no sentir miedo, probablemente no había dormido ni comido bien y aún así había estado preocupado por él en todo momento, visitándole y tratando de que estuviera cómodo. Todavía en medio de su dolor le pedía disculpas porque le preocupaba fallarle con los videos.Pascu se sentía en deuda con él. Entender el sacrificio que le había supuesto a Rodri el cuidar de él esos días dejando de lado su propia salud y miedos le hacía enamorarse aun más, deseaba poder recuperarse pronto para agradecerle por todo.
Si tan solo Rodri le dejara cuidar de él por el resto de su vida, Pascu estaría feliz de protegerle de todo el mal del mundo y se encargaría de que nunca más volviera a llorar. Incluso si no correspondía su amor, le prometió que nunca le dejaría solo.
Continuó acariciando suavemente la espalda de su amigo hasta que su mano comenzó a subir distraídamente rozando su cuello con la punta de sus dedos trazando pequeños circulos y deslizándose por su desordenado cabello. Pensó en que hace mucho tiempo no le veía dejarse el pelo así de largo, lo suficiente para permitirle a sus dedos coger un mechón y torcerlo juguetonamente formando un bucle.
Le sintió suspirar en sueños y se ruborizó, había querido enterrar sus manos en aquellos rizos muchas veces y sentía que estaba aprovechándose de él con aquel gesto mientras dormía.
Su corazón latía como loco, los sentimientos que tenia por Rodri crecían a cada minuto y agradecía no poder moverse con libertad o podría haber terminado por hacer algo que espantara a su amigo.
Procurando moverse lo menos posible cogió el móvil y le hizo una foto para recordar por siempre lo mucho que amaba Rodri en esos momentos. Pasara lo que pasara en el futuro, no olvidaría este momento ni su promesa.Le dejó descansar un par de horas hasta que entró una enfermera a llevarle su almuerzo, despertándole de golpe. Rodri estaba desorientado y tardó un poco en entender lo que había pasado.
-Buen día bello durmiente - le dijo bromeando.
- ¿qué?.... que vergüenza, no me di cuenta... - dijo ruborizándose mientras Pascu y la enfermera se reían. -¿Qué hora es? Debería ir a comer algo yo también- dijo mirando la charola que tenía su amigo y saliendo rápidamente de la sala con su sudadera colgando del brazo.
-Su novio es adorable - comentó la chica sonriendo cuando hubo desaparecido por la puerta.
- No es mi novio - le aclaró.
- ¿Que? Oh lo siento, creí que si lo era, como viene tan seguido y le oí cantarle hace unos días....
-¿Qué?!
- no... nada, olvídelo, disculpe mi intromisión.- dijo la chica saliendo rápidamente .
Pascu se quedo solo mirando su comida sin saber que pensar. ¿En qué momento Rodri le había cantado? Y más importante aún, ¿que decía esa canción? Su corazón empezo a latir como loco mientras él intentaba descartar la fantasía de que fuera una canción de amor.
Era un idiota, ilusionandose en vano por un comentario de una enfermera anónima pero no podía evitarlo, quería creer por un momento que Rodri si le quería.De pronto ya no tenia hambre. Tras mucho pensarlo tomó su móvil y empezó a escribir un mensaje.
* * * * *
Rodri encontró un parque cercano y se sentó en una banqueta bajo unos arboles. Tenia en las manos un vaso de café y un bocadillo y los comía en silencio.
Ya se había sincerado con Pascu sobre sus heridas y sentía cierto alivio por ello, pero no quería que su amigo se estuviera compadeciendo de él, por lo que prefería evitar que le viera comer con dificultad.Levantó la cabeza y vio las copas de los arboles moverse suavemente con el viento.
Era un lugar muy bonito y relajante, a Pascu le gustaría. Se quedo disfrutando de la tranquilidad hasta que sintió vibrar su móvil. Sonrió al ver que se trataba de un mensaje de Pascu, aunque se ruborizó ante lo que ponía.
Decía simplemente: "quiero que te quedes conmigo"-.............¿Que?
* * * * *
Pascu descartó inmediatamente la idea de preguntarle directamente si lo que había dicho la enfermera era verdad, porque sabía que eso espantaría a Rodri.
En lugar de eso, había pensado pedirle que le acompañara esa noche, ya que su madre no estaría y no le apetecía quedarse solo. Además, sentía que debía hablar muchas cosas con su compañero y ese pudiera ser un buen escenario.
Intentó llamarle pero se arrepintió, quiso hablarle de forma casual y luego lo intentó con una broma pero las sutilezas no eran lo suyo. Finalmente optó por soltar directamente lo primero que saliera.Esperó ansioso la respuesta de su amigo, entendiendo que le debía costar escribir.
Cuando ya estaba pensando en borrar el mensaje recibió la respuesta en un audio. "Te acabas de declarar? O te equivocaste de contacto?"Pascu arrugó la frente y tecleó. "¿No es este el número del chico de la barba sexy que me ayudó esta mañana?"
Quizás debió preguntarle si quería en primer lugar, o haberse expresado mejor. "Pensé que podrías acompañarme esta noche ahora que mi mamá no está." explicó. "Si quieres, claro."La respuesta llegó más rápido esta vez: "vale, vale, deja que vaya por mis cosas. ¿Necesitas que te lleve algo, querido?"
Pascu sonrió.
"Comida decente.
Y condones"* * * * *
Rodri fue pidiendo orientación por la calle hasta dar con una tienda donde pudo comprar un par de camisetas sencillas para cada uno y algo de ropa interior.
Inicialmente iban a pasar solo una noche en aquel lugar por lo que la ropa limpia que habían empacado ya se les había acabado y ninguno estaba condiciones de lavar por el momento.
Se sentía extraño comprandole esas cosas a su amigo pero no tenía alternativa, no tenían a nadie en aquella ciudad a quien recurrir y lo cierto es que pedirle a alguien más que les comprara ropa interior se le hubiera hecho aún más extraño.Decidió no llevarse todo lo que tenia en el hotel, básicamente porque solo tenía dos manos y no podía darse el lujo de cargar con tanto peso. Vació su bolso sobre la cama para meter dentro lo que acababa de comprar, sus medicinas y lo que imaginó que pudiera necesitar. Empacó también algunas de las cosas para comer que los fans les habían llevado y se fue.
De igual manera la habitación estaba pagada por lo que quedaba de semana así que no debía preocuparse por lo que dejara ahí.Al menos por hoy ya no tendría que seguir corriendo de la clínica al hotel y viceversa, pensó mientras caminaba.
Se sentía de buen humor, la idea de que Pascu le quisiera cerca le ponía feliz, agradecía que poco a poco fueran volviendo a la normalidad, aunque ahora que se había dado cuenta de lo que sentía por Pascu le era mucho más difícil seguirle el ritmo con sus bromas sin que su corazón se alborotara.* * * * *
Llamó a la puerta de su amigo pero no recibió respuesta así que entró en silencio para ver que efectivamente estaba dormido.
Tenía un brazo sobre la cabeza y estaba apenas tapado con una manta.
Rodri dejó el bolso en el suelo sintiéndose un poco decepcionado de no poder hablar con él, pero no iba a despertarle.
Miró la hora y apenas daban las 3 de la tarde. Se acercó a la mesita junto a Pascu, cogió un vaso y se dirigió a llenarlo con agua. Había olvidado tomar sus analgésicos esa mañana y decidió aprovechar ese momento en el que estaba desocupado.
Luego se tumbó a descansar en la que sería su cama esa noche con un brazo cubriéndole los ojos de la luz y sin darse cuenta se durmió también.

ESTÁS LEYENDO
La Firma
Fiksi Penggemar- No puedes hacerme esto, Álvaro - dijo sollozando mientras sostenía su mano ensangrentada. Este la acercó a sus labios y luego todo se volvió negro. ****** Un nuevo libr...