Abrió la puerta con todo el cuidado que sus agarrotadas manos le permitieron. Miró discretamente antes de entrar en silencio ya que efectivamente Pascu dormía. Se acercó a dejar el equipaje sobre una silla y luego volteó a ver a su amigo que yacía recostado en la camilla que estaba en medio de la habitación.
El corazón de Rodri latía tan furiosamente que no le hubiera extrañado si en ese mismo momento le hubiese dado un ataque, sentía que sus latidos se oían por todo el cuarto.Miro a Álvaro y nuevamente los ojos se le llenaron de lágrimas. Le había visto dormir incontables veces y le había visto enfermo otras muchas, pero frente a él su amigo lucia tan frágil que estaba irreconocible. Todavía seguía mucho más pálido y ojeroso de lo normal, vistiendo una horrible bata de hospital y su rostro tenia una expresión de dolor.
Rodri tomó asiento en una silla al costado de la camilla y le contempló llorando en silencio. En parte agradecía que su amigo durmiera, no hubiera sabido que decirle. La primera impresión de verlo así había sido muy fuerte y conociendo a su amigo no hubiese querido que le mirara con lástima. Se sentía tan culpable por el estado de su compañero que no sabía que hacer además de mirarle intentando detener las lágrimas.
Pasó mucho tiempo intentando asimilar que lo peor ya había pasado y que su Pascu realmente estaba ahí, vivo, hasta que poco a poco se fue sintiendo menos tenso, la imagen de su amigo temblando de dolor y ensangrentado siendo llevado en camilla empezaba a perder espacio en su mente y se descubrió a si mismo haciendo planes para cuando ambos se encontraran recuperados del todo. Pensaba en que como mínimo le debía una centena de viajes a la playa. Quería verle otra vez disfrutando del viento y sonriendo como un chiquillo cuando él se quejara de la arena. Quería llevarle a comer cuánta cosa rara se le antojara, quería oír su potente voz en el escenario devorando a los actores a su alrededor en alguna obra, deseaba con locura oírle cantar a un palmo de su oído cuando ambos se sentaban a improvisar al piano tal como hacían desde que eran adolescentes.
Dios, había tantas cosas que deseaba compartir con él que no sentía que una vida le alcanzara, quería abrazarle y pedirle perdón por todas las veces en las que le gritó por chorradas o le ofendió de alguna manera.
¿Por que tuvo que estar tan cerca de perderlo para darse cuenta de lo evidente? Tanto tiempo negándose a si mismo lo que su corazón le decía a gritos.
Estaba enamorado de Pascu.
¿Desde cuando? Probablemente desde siempre, sinceramente en esos momentos eso no le importaba. Tenía recuerdos de su corazón desbocándose desde aquella primera vez que cantaron juntos en la sala de música de su escuela, escudados en un grupo de amigos.
Claro, existía la enorme posibilidad de qué aquel sentimiento fuese unilateral pero por ahora le daba igual. Quizás en un futuro le dolería cuando Pascu se casara y se alejara de él pero de momento se sentía afortunado de tenerle vivo frente a él y seguir a su lado como amigo.
Su amor sería su mayor secreto y se juró jamás decirle lo que sentía para no ser apartado de su vida. Un agridulce sentimiento de resignación abrazó su corazón y él no se resistió.
Se encontró acariciando la frente de Pascu y cogiéndole una mano lo mejor que pudo. Había comenzado sin darse cuenta a cantarle muy bajito una canción en la que le declaraba su amor. Quiso creer que su compañero le escuchaba porque pudo ver como su expresión se tornaba más relajada.
De pronto sintió pasos en el pasillo y temiendo que alguien le viera se dispuso a retirarse.
Se puso de pie y dejó sobre la mesita una de las bolsitas de gominolas que había empacado, se acercó una última vez a su amigo pensando "ahora o nunca" y le dio un tierno beso en la frente.
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La Firma
Fanfiction- No puedes hacerme esto, Álvaro - dijo sollozando mientras sostenía su mano ensangrentada. Este la acercó a sus labios y luego todo se volvió negro. ****** Un nuevo libr...