Capítulo 19: Adivino ciego (II)

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Capítulo 19: Adivino ciego (II)

XuanMin era tan alto que el pequeño ladrón solo llegaba al nivel de su cadera. El niño parecía un mono flaco y tenía nueve años como máximo. Cuando el monje lo agarró por el cuello, luchó con todas sus fuerzas, pateando y gritando, pero no pudo conseguir que ninguno de sus golpes aterrizara en XuanMin. "¡Ayúdame!" gritó. "¡Me están asaltando! Ah... ¡Suéltame!"

XuanMin quedó impresionado a regañadientes con el niño que gritaba tan descaradamente ladrón mientras era el ladrón.

Desafortunadamente para el niño, a diferencia de los monjes comunes, el burro calvo no tenía simpatía ni compasión por nadie. Con esa expresión imperturbable en su rostro y aun agarrando el cuello del niño, XuanMin sacó un talismán con la otra mano y lo golpeó en la frente del pequeño ladrón. "Silencio", dijo.

El pequeño ladrón se quedó en silencio.

Sin ningún lugar para canalizar sus gritos, la cara del pequeño ladrón se puso rojo brillante por el esfuerzo.

Las manos húmedas de Xue Xian volaron a su boca mientras hacía una mueca de simpatía por el niño. Pero debido a que estaba empapado, se le pegó la mano a la boca. Sabía que si intentaba arrancarlo, corría el riesgo de romperse el brazo o arrancarse la boca. No había nada que el pudiera hacer.

Por el rabillo del ojo, XuanMin podía ver al pequeño demonio colgando allí, inmóvil.

Xue Xian cerró los ojos. Su dignidad había sido destruida. Qué alguien me traiga una cuerda. Si cuelgo a éste burro calvo, nadie me habrá visto en éste patético estado.

XuanMin se giró hacia el pequeño ladrón. "Manos."

El talismán en la frente del pequeño ladrón tembló. Como una marioneta, sus manos se dispararon sin fuerzas frente a él. Su expresión era de impotencia.

Cuando XuanMin extrajo la canica de sus manos, todo el rostro del niño se volvió de un rojo aún más brillante, el color se extendió por su cuello e incluso hasta el contorno de sus ojos. Miró al monje obstinadamente, como diciendo: ¿Qué vas a hacer, golpearme hasta matarme?

Habiendo obtenido lo que quería, XuanMin ya no necesitaba silenciarlo. Quitó el talismán de la frente del niño y lo volvió a doblar con calma, luego se lo puso de nuevo en la bata.

Xue Xian miró fijamente la canica en las manos de XuanMin, esperando a que el monje se lo devolviera.

Nunca había esperado que el burro calvo lo ayudara, pero ahora logró encontrar una pizca de bondad en su corazón. Pensó: Muy bien, una vez que recupere mi canica, prometo ser bueno durante los próximos días y evitarle algunos problemas al burro calvo. Tal vez incluso le dé otra de mis escamas de dragón, todavía tengo algunas.

Pero XuanMin estudió la canica con atención y, de repente, frunció el ceño.

En ese momento, una expresión extraña e inexplicable cruzó por su rostro -- era una mezcla entre la consideración y la falta de idea.

Después de un tiempo, extendió el dedo y frotó la canica. Luego, todavía con el ceño fruncido, se lo llevó a la nariz y lo olió.

Xue Xian pensó que podría estallar.

El hombre de papel puso los ojos en blanco, pero algo no se sentía bien.

Afortunadamente, su cuerpo no se había curado hasta el punto en que podía sentir esa conexión espiritual y corporal con la canica. De lo contrario...con todo ese tacto y olor, Xue Xian habría pateado al monje en la cara durante mucho tiempo.

Tong Qian Kan Shi | Copper Coin Niches [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora