¿Qué pasa si intervengo?

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I've paid my dues.

Time after time.

I've done my sentence.

But committed no crime.

Cerré mis ojos de inmediato, solo quería escucharlo. La voz era limpia y clara, con un timbre muy particular. No me opuse a su llegada, sabía que ellos decían la verdad al mencionar que el chico era bueno... muy bueno, en realidad. Pero no era él.

Con cada compás que avanzaba me mecía al son de la melodía ya conocida, incluso un poco tediosa si me pongo a recordar. Fue una gran composición de Freddie, desde el principio supe que iba a ser un éxito y por lo visto no me equivoqué, porque hasta en los partidos de fútbol que ven mis nietos puedo escucharlo.

En el momento que la canción llega a su punto más alto las yemas de mis dedos bailan sobre mi regazo, siendo esta una reacción impulsiva e inconsciente que al final no me pesa. Sigo con los ojos cerrados y muchos recuerdos vienen a mi mente en cámara rápida, llegando a marearme y entumecerme.

You are the champions.

You are the champions.

Cambiar la letra en el coro funciona bien teniendo en cuenta lo que estamos viviendo a nivel mundial. La pandemia y esta molesta cuarentena nos han hecho reconsiderar muchas cosas, entre ellas, añorar lo que una vez vivimos y anhelar ser algo más.

Roger y Brian acertaron con aquel video, dejaron satisfechos a muchos y felices a millones, además de contribuir con una buena causa. Sabía que tendrían la reacción que consiguieron, era de esperarse. Desde mi sillón los escucho claro y fuerte, acompañados de la presencia de Adam, aquel cantante estadounidense con el que han trabajado a lo largo de un par de años. Puedo admirar su desempeño, siguen sonando como los recuerdo y en cierto punto, con algunos cambios que en parte les ha sentado bien

Abiertamente no lo digo, pero a veces siento la necesidad de tocar otra vez, aunque sea un poco. Mis hijos no me presionan, lo cual agradezco, al igual que Brian y Roger, a quien dejé de ver hace un tiempo. Mi decisión fue clara y hasta el momento sigue siendo así. Sin embargo, cuando la canción se termina puedo sentir en la palma de mis manos un hormigueo que me impulsa a ser algo, aunque no sé si en el camino me arrepienta.

Abro los ojos justo en el momento en que escucho la voz de Luke, quien posiblemente haya entrado a la casa para traerme algunos artículos que le pedí esta mañana por teléfono. Por la cuarentena no he salido desde hace semanas y quién sabe si no lo haga hasta dentro de mucho, por lo que debo hacer algo para no seguir con la misma rutina, porque a pesar de considerarme un hombre de hábitos, al mismo tiempo siento que necesito distraerme.

-Papá, no lo vas a creer. ¿Sabes a quién vi?

El chico entra como rayo en la habitación, dejando las bolsas sobre la mesa de café e ignorando de manera monumental que estaba allí mi teléfono celular.

-Sea quien sea, no lo conozco.

-Te vas a reír... fue a ese tal Jeremy, el que te dejaba revistas en la entrada de la casa para se las firmaras. - el muchacho ríe con ganas y yo no puedo más que rodar mis ojos, mientras salvo a mi teléfono de ser aplastado - Ya está casado, su esposa está embarazada.

-Bien por ellos.

Recibo con gusto la caja de cigarrillos que me da y al momento de guardar el dispositivo móvil en mi bolsillo, mi hijo me ve con una ceja alzada, siendo esta una señal clara de que ha notado algo que le interesa.

Queen's Book (One-Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora