Queen's Book (One-Shots)

Tiempo para mí.

Tomar un respiro y decidir tener un alto en nuestra vida, sin duda es algo justo y necesario.

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Abrir los ojos y quedarme allí unos minutos para observar el techo era algo que no había tenido tiempo para hacer.

Despertar en mi cama era algo que veía tan lejano y efímero, que incluso llegué a olvidarlo.

Caminar hasta el pequeño balcón de mi habitación y disfrutar de la fresca mañana, sin duda era una experiencia que anhelaba vivir, porque ya extrañaba el ver los colores del cielo desde mi hogar.

Llevar una rutina diaria en casa no lo había pensado, incluso me parecía raro tener tiempo suficiente para dedicarle horas a mis hijos y ayudar a Debbie con los quehaceres pendientes.

No era mi fuerte cocinar, pero me aventuré a preparar algunos platillos para aminorar la carga en la casa, en especial ahora que el bebé Rufus no deja dormir bien a su madre... Y tampoco a mí.

En pocas palabras, tener una vida normal no la había pensado en mucho tiempo y eso solo me lo permitió un evento muy desafortunado y doloroso.

Guardar las baquetas y ser simplemente Roger, sin duda es algo que estoy todavía aprendiendo a manejar, porque debo confesar que no es fácil y aún no sé qué llegue a hacer con mi vida más adelante. En ese caso, solo quiero olvidar y dejarme llevar por el presente, el cual todavía me pega y me desgarra lentamente.

¿Es sencillo tolerar a los monstruos de la noche? Tal vez algún día aprenda.

¿Me será productivo este año de descanso? Eso lo deseo con ganas y me obligo a pensar que todo va a estar bien y mucho mejor que antes. Es una pequeña nota mental que me llevo a la cama cada noche desde que llegué a casa luego de toda la revuelta ocasionada por la muerte de Freddie.

Para mí no ha sido fácil y mucho menos para mis compañeros. Cada uno está atravesando por su propio infierno y hemos decidido seguir nuestros propios caminos por un tiempo, así podemos asimilar mejor nuestras vidas y lo que sea que se le atraviese.

No me pesa tener una vida normal ahora, pero sí me duele haberlo hecho luego de tanto tiempo y por razones tan duras. La partida de Freddie nos descolocó a todos, aunque de maneras distintas.

A mí me dió con soltar todo aquello que me pesaba y sumergirme en mi casa. No tenía de otra, debía hacerlo o sino tendría que explotar más adelante.

Me miro en el espejo y a veces no me reconozco, es como si ese Roger Taylor dejara de ser lo que creía que era. Ya no me siento como antes. Ya no soy como antes.

¿Voy a superarlo algún día? Quizá lo haga, pero no sé cuánto tiempo me lleve. Estoy andando con pasos cortos, mismos que quisiera que aumentaran su velocidad, pero lo cierto es que no puedo porque estoy terrible e irremediablemente cansado.

-Cariño, el desayuno ya está listo.

Miro hacia la puerta y observo a Debbie con el pequeño Rufus en brazos. Ella me sonríe de medio lado, mientras carga al niño que no deja de llamarme "papá" con insistencia.

Estoy cansado, pero por ellos debo levantarme. Por ellos y por mi familia debo seguir adelante, porque de todos solo necesito de su apoyo y amor.

Me siento solo, pero cuando escucho la tierna voz y la risa de Rufus, solo me permito pensar que todo va a estar bien y que poco a poco saldré adelante.

Puede que este descanso me sirva para poner los pies sobre la tierra y así, solo de esa manera, convertirme en una mejor versión de Roger Taylor.

Pero por ahora, iré a desayunar y a ver qué me depara el día.

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