Queen's Book (One-Shots)

Yo siempre he estado aquí

Historia Dealor, basada en mis locos sueños de cómo puede ser el reencuentro entre Roger Taylor y John Deacon en la actualidad.

He escrito esto pensando en un one-shot, pero luego se extendió tanto que me ví en la necesidad de dividirlo en dos partes. Por tal motivo, aquí les presento esta primera parte que espero que disfruten tanto leyéndola, como yo lo hice al escribirla.

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Parte 1: Reconocimiento

Una fotografía.

Una carta.

Un recuerdo.

Eso es lo que Roger tenía de él, de su amigo... De su hermano.

Siempre que lo veía no sabía qué hacer con el nudo en su garganta y esa opresión en el pecho de no tener conocimiento preciso, quizás algún dato, o una señal. Todo lo había perdido.

Él se había molestado tanto que no quiso saber nada más sobre su paradero. Lo había odiado, incluso renegado de él cuando se le mencionaba algo sobre su historial; pero ahora es complemente distinto. Es hoy cuando se arrepiente de no haber sido sincero con él en su momento, en no haberle dicho: "te entiendo".

Su dedo recorrió el filo del sobre ya amarillento y arrugado por la mitad. Lo había escondido en el fondo de un cajón de su escritorio, junto con algunos accesorios de su pertenencia que había encontrado tirados en un almacén.

Era doloroso hacerlo, cada vez que tomaba dicha carta no podía soportar el remordimiento carcomiendo sus entrañas. Había sido injusto, incluso bruto con sus palabras. Le había herido y apostaría que hasta más de lo que Brian llegó a hacerle. Pero los dos ya han pagado su condena, había sido su castigo.

Roger recordaba la primera vez que lo vió entrar al aula que usaban para ensayos, su estuche del bajo sobrepasaba su cabeza, haciéndolo ver más pequeño de lo que era, aunque de estatura fuera más alto que él mismo.

Lo siento por llegar tarde, tuve una clase importante y no pude salir antes.

Recordaba que Freddie le había defendido de las quejas de Brian por la hora, pero luego todo se borró cuando tuvieron un ensayo medianamente decente, y todo gracias a él. A John.

Era fácil gracias a él.

Les dije que sonaría mejor tocando a esa tonalidad. Si prestaran más atención lo hubieran notado.

Siempre los corregía en voz baja cuando creía que podía hacerlo, porque el muy idiota nunca tuvo la gallardía de hacerlo, salvo cuando le hacían rabiar.

Su temperamento ayudó mucho a equilibrar el mal genio del grupo, él sabía cómo ser el catalizador perfecto para tres mentes tercas. John solo hablaba y los demás estában en silencio. Una opinión suya eran mil dagas al pecho.

Así era él, tan fuerte y vulnerable a la vez. Tan dulce y agresivo. Tan dolorosamente inolvidable.

La carta seguía allí en su cajón porque es lo que le hacía pensar en él, en su vida y en lo que convivió junto a él a lo largo de veinte años.

Su vida no fue sencilla, pero al final nadie esperaba lo contrario. John y Roger compenetraron más allá de ser catalogados como Sonic Volcano, porque en el fondo sabía que su querido Deaky, era más que un compañero de banda... Era parte de su vida.

Gracias por escucharme, Rog. Esta vez yo pago las cervezas.

La amistad entre ellos fue creciendo a lo largo de los años, pero ese fatídico día de 1998 lo había echado todo a perder. Roger lo recordaba con pesar y hoy en día se lamentaba tal decisión.