No lo dudes, eres especial.

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Para todos los amantes de Dealor. Esa hermosa amistad siempre me hará sonreír.

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Roger entró pavoneándose al departamento, muy seguro de sí mismo al tener como pretexto para esa noche la salida con alguien especial. Ya se las había presentado a dos de sus compañeros, de los cuales, solo uno pudo sentir tal abatimiento que decidió bloquear de sus pensamientos toda palabra y acción. Estaba dolido, pero debía mostrarse de una mejor manera, por el bien de Roger.

Para John, ante todo eso debía estar bien.

Él observó como el baterista daba detalles del lugar donde iría con la chica, además de lo que planeaba hacer ese mismo fin de semana. Freddie escuchaba con fastidio, mientras Brian no perdía de vista el andar despreocupado de su amigo y el rostro pétreo de John. Ya él sabía los motivos por los que el bajista no emitía ninguna opinión.

-Procura ser más prudente y que tu trasero aparezca en el ensayo de mañana. – dictamina el vocalista sin perder de vista el cuidadoso trabajo al pintar sus uñas.

-Eres muy condescendiente, Fred. Pero descuida, claro que no me lo perderé. No pueden hacer nada sin mí.

-Sí, claro... pisa tierra.

Roger sigue arreglando su cabello, sin darse cuenta que John no soporta estar ahí, así que en un arrebato, el menor se levanta del sofá y se dirige a su habitación, encerrándose en ella sin esperar a nadie. El sonido de la puerta los sobresalta, pero nuevamente es Brian quien suspira abatido.

-¿Y a este qué le picó? – señala el rubio con una clara interrogante en su expresión. Desde hace poco lo conoce, pero aún así sabe que no es de su estilo comportarse de tal manera.

-Está estresado, supongo. – responde Freddie, aun sin levantar los ojos de su manicure.

-¿Perdió un exámen?

-Creo que perdió más que eso. – interviene el guitarrista acercándose a Roger para evitar ser escuchado.

-¿A qué te refieres? – pregunta Roger sin apartar la mirada del pasillo por dónde desapareció John.

-Me temo que está un poco dolido con tu salida de esta noche, si se puede decir.

-Explícate.

-Digamos que la chica con la que estás saliendo ahora, para John es alguien especial. Ellos estudian juntos, pero al parecer, él nunca se atrevió a decirle algo. – frunce sus labios ante la expresión de Roger y pasa su brazo por encima de sus hombros, acercándolo aún más a él – Si yo fuera tú, iría a hablar con él.

Roger no sabe qué decir y siendo empujado por su amigo, camina ya hasta la habitación de John, en donde duda al tocar la puerta.

Por su parte, el bajista se encuentra sentado frente a su escritorio, en donde le rodean libros y apuntes que le servirán para estudiar, aunque su cabeza esté ahora en otro lugar. Con pesar toma su lápiz y empieza a reescribir un ejercicio matemático que tenía pendiente, pero el golpeteo de la puerta le hace apartar su húmeda vista del papel hacia la ventana frente a él.

-John, ¿puedo pasar?

La voz de Roger le hace estremecer y con fuerza aprieta sus puños, para luego recordarse así mismo que no debía comportarse de esa forma. Después de todo, él nunca le había dicho a Helen lo que sentía.

Al no recibir respuesta, Roger se aventura y abre despacio la puerta, descubriendo a su compañero sentado frente a una montaña de libros que en ese momento no está leyendo.

Queen's Book (One-Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora