Nunca Te Olvidaré

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Para aquellos que se encuentran una vez y sienten que se conocen desde hace mucho tiempo.

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Caminar por las calles de Budapest nunca había sido tan interesante como hasta ahora. Recorrer las pequeñas calles y ser por mucho tiempo un total desconocido es una completa bendición. Solo podía caminar, caminar y caminar... nada más eso; su mente se lo pedía, su cuerpo se lo exigía.

Después de tomar una merienda decidió ir al muelle frente al Danubio, allí en donde podía disfrutar del próximo ocaso y del sonido de la naturaleza. Aquella ciudad le parecía fascinante y se lamentaba por no haber venido antes, aunque las circunstancias políticas y sociales eran claramente obvias. Sin embargo, estar del otro lado no era tan malo, en cierto punto le parecía emocionante. Aquí podía ser él, aunque sea por unas horas.

Con actitud serena y en paz John se recuesta del barandal del muelle y busca un cigarrillo en el bolsillo de su saco, siendo esta una oportunidad propicia para fumar. Tras encenderlo y dar su primera calada, él solo cierra los ojos y se deja llevar por la tranquilidad del lugar, sintiéndose libre de los problemas, de los gritos, el estrés y la repercusión de su trabajo. Ahora solamente eran su cigarrillo, el río y él... aunque no por mucho.

Luego de unos minutos de soledad se da el lujo de dar un vistazo a su alrededor, notando que a su lado se encuentra alguien más que lo obliga a compartir el lugar. No despega sus ojos sobre ella mientras termina con lentitud su cigarrillo. La observa, ella está absorta en algo que escribe en una libreta. A él no lo mira, ni siquiera para cerciorarse de que no es la única allí, o quizá ya lo ha hecho pero simplemente no le importa.

John detalla sus rasgos finos y su cabello castaño rojizo que ondea con el viento. Ella frunce su ceño al estar concentrada y se da el lujo de sacar un poco la lengua tal como si fuera una pequeña niña velando un tarro de galletas. Se ve tierna y hermosa, muy hermosa.

Cuando le es inevitable despegar sus ojos sobre ella la tensión hace que los dos se encuentren. La muchacha levanta la mirada de su libreta y confundida posa sus grandes ojos cafés sobre los verdes de él. Ambos se miran por segundos, pero es ella quien rompe la conexión al fruncir su ceño y parpadear varias veces por el aturdimiento. Se ve algo incómoda, John lo puede percibir y se lamenta porque haya sido así. Al final la chica hace unos últimos trazos y cierra su cuaderno, guardándolo con determinación en su bolso y lanzando miradas furtivas hacia él, tal como si estuviera confirmando que no la está observando, cuando en realidad es todo lo contrario.

El músico carraspea y por impulso quiere hablar, pero cuando abre la boca ya es muy tarde, la chica sale disparada en dirección opuesta y con decepción ve como se aleja con rapidez. No obstante, por esta ocasión decide no acatar lo que le dice su cabeza y por eso ahora se encuentra caminando detrás de ella o del rastro que dejó. Se sorprende por lo rápido que se moviliza, teniendo en cuenta la baja estatura de la mujer y por ende, sus cortas piernas. Pero eso no lo detiene, él sigue insistiendo y con disimulo la busca entre las personas que rodean el lugar, percatandose que no es el único que se maravilla con los colores del ocaso que ya se acerca, puesto que muchos se amontonan para disfrutarlo. Eso le frustra y comienza a sentirse derrotado y un tanto morboso por querer seguir a una mujer que nunca había visto, ya empezaba a creer que solo fue una alucinación o que simplemente debió maravillarse más de la cuenta. Así que con esto en mente prefiere regresar al hotel y perderse nuevamente en su mundo.

-¿Por qué me sigues? - pregunta una voz muy cercana a él en un idioma que no reconoce.

John se detiene a medio camino y con un reciente pánico se queda estático en su sitio, hasta que la voz se hace más potente.

Queen's Book (One-Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora