Capítulo 53

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—Eres tan hermoso. 

SeokJin se mordió el labio, asintió suavemente a las palabras del castaño. 

—Y eres mío. 

—Si, mmmhp… tuyo— un jadeo alto siguió a sus palabras para después dar lugar a un largo gemido. 

—¿Te gusta?— preguntó Namjoon, apretó los dientes y se concentró en seguir con sus embestidas. 

SeokJin trató de responder pero no podía, de sus labios sólo salían gemidos, apretó los antebrazos de Namjoon con sus manos, todo su cuerpo contrayéndose cuando se corrió. 

Seguía disfrutando de la sensación de su orgasmo cuando Namjoon asalto su boca con un beso demandante, podía sentir la lengua de Namjoon contra la suya, danzando de forma exigente, sus piernas aún temblaban y su pene se sacudió en un intento de volver a ponerse duro. Namjoon liberó su boca para comenzar a atacar su cuello donde succionaba en ciertas zonas que lo hacían temblar.

El ritmo de las embestidas contra su cuerpo aumentó, Namjoon entrelazo los dedos de sus manos para después llevar ambas por encima de su cabeza. 

—Te amo— declaró sobre la piel sonrojada de su mejilla, bajos sus besos hasta el cuello donde enterró sus dientes al llegar a su orgasmo. 

SeokJin jadeo ante la cálida sensación que dejaba el semen de Namjoon en su interior. Se sentía tan bien, el menor los acomodó de costado sobre la cama cubriendolos con una sábana, cerró los ojos satisfecho, pero su cuerpo al cálido pecho y se dejó llevar por el sueño. 

—Te amo— murmuró medio dormido. 

Cuando volvió a abrir los ojos noto que se encontraba sólo en la cama, por la luz que entraba a través de las cortinas sabía que ya debía ser media tarde, había dormido demasiado.

Levantándose se colocó su bata y salió de la habitación hasta llegar al baño, un jovencito se acercó para llenar la tina con el agua caliente que tenía lista en algunos contenedores, agregó algunas esencias antes de darle una reverencia y abandonar el cuarto. 

Se deshizo de la bata y se metió en la tina, sus músculos se relajaron con el agua, suspiro satisfecho. Llevó sus manos sobre su vientre, este tenía una curva suave que antes no tenía, una pequeña sonrisa tiró de sus labios. 

Estaba emocionado pero tenía miedo, nunca quiso tener hijos, al principio creyó que se debía al miedo que tenía de perder a alguien importante, pero después de que Jiwon llegará a su vida se dio cuenta que no era sólo eso. 

Ya no podía seguir engañandose, la razón para no querer tener hijo no era otra que la maldición de su familia, no quería que nadie sintiera lo mismo que él. Cuando era un niño y no podía controlarlo solía enfermar a los sirvientes que lo atendían, y por las noches cuando sentía mucho miedo de Günn liberaba más veneno por lo cual, los guardias que custodiaban su habitación terminaban desmayados o en el peor de los casos, muertos. 

Cuando salía al jardín para jugar sin notarlo provocaba que las flores murieran al igual que algunas aves o ardillas que corrían por el pasto, eso lo aterraba. Se sentía como un monstruo, no importaba que su padre le explicará que no era así, que su madre le asegurará de que no había nada malo con él, nada podía hacerlo cambiar de idea. 

Aún había días que se sentía de esa forma, un monstruo. Ahora ya no importaba, después de todo, gracias a eso aún seguía vivo. 

Confiaba en que Namjoon y él ayudarían a su bebé, que Jiwon estaría feliz y haría que el pequeño ser que crecía dentro suyo no se sintiera como él lo había hecho cuando era niño. 

Rey de Espinas *Namjin*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora