Morgan H. Stark, después de 18 años no podía seguir escuchando solamente las historias de su padre. Decide hacer algo para recuperar todo el tiempo perdido, pero el objetivo se complica cuando conoce a quien podría ser el amor de su vida, y otras pe...
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Llegué al lujoso restaurante, con la vista busqué a mi madre, la cual la vi muy cariñosamente sonriendo a un hombre sentado junto a ella. Con una sonrisa me acerqué.
Pepper: — ¡Morgan, cariño! — Se levantó con una sonrisa, al igual que su acompañante.
Morgan: —Hola, Mamá— La salude con un abrazo y luego dirigí mi mirada hasta el hombre alto con mis labios formando una sonrisa.
Paul: —Buenas tardes Morgan, es un placer conocerte al final, mi nombre es Paul— Una suave voz salió de el con una cálida mirada y sonrisa.
Morgan: —El placer es mío, Paul— Luego de aquello nos sentamos y charlamos mientras pedíamos y comíamos a los minutos.
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Paul: — Y bueno, tú madre me ha contado maravillas de ti y hoy pude comprobar lo cierto en sus palabras, me alegro que nos hayamos llevado muy bien.—
Morgan: Asentí dado que era cierto, tuvimos una buena charla y tenían ánimos de incluirme en todo. —Me hace feliz que quieras compartir tu vida con mi madre, Paul, bienvenido a esta pequeña familia— Mi madre sonreía, y eso para mi, bastaba.
Me despedí de ellos, fuera del restaurante, ambos tenían que trabajar, por el cual yo me dirigí a la biblioteca para matar un poco el tiempo.
Un libro llamó mi atención dado que me resonaba el nombre, lo había leído en los archivos de mi padre.
"Partículas Pym por el doctor Henry Pym" Lo tomé entre mis dedos, llevándolo a la caja para llevármelo.
Isabella: Una anciana muy amorosa me atendió, me reconoció enseguida ya que pasaba mucho tiempo allí. —Morgan, cómo estás, cielo?—
Morgan: —Buenas tardes señora, Isabella, me encuentro muy bien, gracias ¿y usted?— Sonreí mientras ella gestionaba mi compra.
Isabella: —Muy bien cariño gracias, espero disfrutes tu compra— Dijo mientras ponía ahora mi libro en una bolsa y me lo entregaba.
Morgan: —Que tenga una linda tarde— Sonreí y me dirigí a la salida, quería caminar así que no llamé a Happy, por mi lado figuro el gran museo del recuerdo de New York.
Entre sin dudas, era un lindo lugar en el que jamás había estado. Al entrar no podía creer el no haber entrado ahí antes. Pude divisar una gran figura de "Iron Man" me acerque a leer la placa.
"En memoria a Tony Stark. Siempre agradeceremos tu gran valentía"
Le seguía una figura del capitán america.
"En memoria a el capitán Steve Rogers, por siempre brindar apoyo a su país y nunca rendirse"
por último continuaba con una figura de Black Widow.
"En memoria a Natasha Romanoff, por luchar codo a codo a pesar de las dificultades"
Más que grandes personas, son héroes, siempre serán recordados por sacrificar su vida para un mejor futuro.
Sonreí mirando las esculturas, se sentía muy bien el saber que recordaban a su padre como un héroe.
Morgan: —Que afortunadas las personas que pudieron compartir más contigo— susurró.
X: —Muy afortunadas, era un hombre increíble— Comentó alguien a su lado con una voz triste.
Me giré hacia la voz, lo reconocí de inmediato, a pesar de los años encima, lucia tal cual que en las fotos, sus mismos ojos.
Morgan: —¿Peter Parker, no?— Sonreí.
Peter: Un poco sorprendido, giró hacia la chica de cabello negro, asintiendo. —¿Me conoces?—
Morgan: —Y sí, hay muchas fotos tuyas en mi casa junto a mi padre y madre—
Peter: Sin poder creer, cayó en sus ojos, los mismos ojos de su antes maestro Tony Stark. —No puede ser, ¿Morgan, eres tú?—
Morgan: Sonreí, mientras asentí y volví mi mirada a la estatua. —La misma—
Peter: —Vaya, que locura, la ultima vez que te vi tenías como 9 años— Comentó sin poder creer que tenía a la pequeña Morgan frente a sus ojos con ahora 23 años.
Morgan: —Mi madre siempre me habla de tí, te extraña mucho— Solté y pude notar una triste mirada.
Peter: —He sido muy desconsiderado la verdad, me ha costado muchísimo continuar sin Tony, el era como un padre para mí, y ver a Pepper, me recordaba aún más que ya no estaba.—
Morgan: —Te entiendo, Peter, pero tal vez podrías llamarla a ella le haría muy bien escucharte y saber cómo estás—
Peter: Asintió. —Definitivamente, aún no puedo creer que seas tú Morgan, estás muy grande—
Morgan: —Y sí, ha pasado tiempo ya— Comenté risueña. —Podrías ir uno de estos días a cenar, si gustas claro—
Peter: Con una sonrisa volvió a asentir. —Me encantaría—
Luego de compartir sus números telefónicos, se despidieron, Morgan se comunicó con Happy para poder volver a su hogar, una vez ahí no perdió más tiempo y comenzó a investigar todo sobre el último proyecto de su padre.
Morgan: —Jarvis, necesito toda la información que tengas sobre Henry Pym, y todo lo que mi padre tenía en sus archivos titulado como "Partículas Pym"
