Morgan H. Stark, después de 18 años no podía seguir escuchando solamente las historias de su padre. Decide hacer algo para recuperar todo el tiempo perdido, pero el objetivo se complica cuando conoce a quien podría ser el amor de su vida, y otras pe...
Me levante muy temprano, eran las 7am. Me duché y cambié ropa para luego dirigirme a la cocina, tenía ánimos de preparar el desayuno para los presentes.
Me instalé en la cocina, tenía pensado preparar panqueques comencé a sacar las cosas que necesitaba. Estaba preparando la mezcla cuando escuché una aclaración de garganta y Steve venía entrando a la cocina.
Steve: —No sabía que madrugabas—
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Morgan: Lo mire unos segundos y sonreí. —Bueno yo no sabía que corrías— comenté al ver su vestimenta. —¿Café?—
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Steve: —Hay muchas cosas que uno no sabe— Sonrió y asintió —Me encantaría, Hace un tiempo pobre un café que contenía crema, me gustaría mucho uno así ¿sabes hacerlo?—
Morgan: Pensé unos segundos y sonreí —¿Un capuccino, tal vez?—
Steve: —Así se llama?— pregunto con una risa.
Morgan: Asentí riendo y le preparé un capuccino gracias a la cafetería que tenía Stark en su cocina fue bastante rápido después de 3 minutos ya estaba listo. —Aquí tienes— Le deje la pequeña taza frente a el.
Steve: —Gracias— Sonrió y dio un sorbo, cerró los ojos y negó.
Morgan: —Tan mal está?— pregunté al ver su reacción.
Steve: —Creo que es el mejor capuccino que he probado en mi vida— Sonrío.
Morgan: Negué con mi cabeza y sonreí. —Que exagerado— Seguí haciendo la mezcla para los panqueques.
Steve: Seguía tomando su café, y curioso miro la mezcla. —¿Qué haces?—
Morgan: —Estaba preparando el desayuno para los demás, panqueques en realidad, nada en especial—
Steve: —Soy buenísimo haciendo panqueques—
Morgan: —¿Si?—
Steve: —No me crees?— Asintió y luego se levanto de la silla, se puso a mi lado— Leche?
