El resto de la fiesta pasó por en una ráfaga de imágenes. Todo el team compartimos un increíble baile. Un pastel de de cinco niveles siendo cortado y sin contemplaciones empujado en el hermoso rostro de lafestejada. Emilio e Iván brindaron por su hermana con copas elevadas y risas, y más de un carraspeo.Iván se pavoneó por allí, acicalándose con Rubiecita delante de Sandra y Caliente Barry. Sandra golpeó a Caliente Barry cuando tuvo el descaro de mirar a Rubiecita. Iván ponía una cara de piedra mientras veía a Sandra y a Caliente Barry bailar de una manera muy, muy cerca. Y un Boggi desconcertado mientras Caliente Barry intentó venderle un seguro de vida.
Y compartir mi propio baile con Emilio, balanceándome debajo de la bola de discoteca. Que siempre parece una idea terrible, pero en realidad bañaba todo con los destellos más bonitos que yo haya visto. Él me sostenía cerca, su mano encajada en la parte baja de mi espalda, la otra sosteniendo mi mano. Las fiestas de cumpleaños son divertidas por naturaleza, y yo no era la única que tenía destellos en los ojos esta noche. Los zafiros estaban fuera del cuadro.
—¿En qué estás pensando? —pregunté, con mi voz soñadora. Emilio me miró soñadoramente también. ¿Qué había en su mente? ¿Yo en este vestido? ¿Yo fuera de este vestido?
—Cañas de pescar.
—¿Qué? —No fue lo que esperaba.
—Cañas de pescar. Tú preguntaste. —Se rio entre dientes, girándome.
—Ya veo. Y ¿qué pasa con las cañas de pescar? —pregunté, con mi nariz arrugada.
—Donde crecí había un parque estatal a no diez minutos de la casa. Río, rocas, antiguo vertedero de molino y senderos para caminar por todas partes.
—Su rostro se volvió apacible, describiéndolo. Rara vez hablaba de su pasado, me pregunté qué pasaba esta noche que le hizo pensar en ello—. De todos modos, la última vez que mi papá, Iván y yo estuvimos todos juntos fue una tarde de domingo, pesca. Iván se sentó en la caña de pescar favorita de mi padre, ¡casi rompió la maldita cosa! —Se rio, su mano sosteniendo la mía un poco más fuerte.
—Es divertido como recuerdas ciertas cosas. Alguien estaba quemando hojas ese día, así que todo olía a humo, ya sabes ¿ese olor a humo que solo consigues en el otoño? recuerdo eso, y cómo de fría era el agua. Nadie atrapó nada ese día, ni siquiera un mordisco —terminó, con sus ojos lejanos.
Dejé que mi mano se enredara en la parte trasera de su pelo, deslizándose hacia abajo para suavizar su ceño, manteniendo mis dedos allí. — Suena como un buen día.
—Fue un buen día. —Me sonrió, tirando de mí más cerca todavía. La banda comenzó a tocar a Michael Jackson, y yo estaba mareada, girando y sumergida por mi gemelo favorito.
Este fue un buen día también. Mejor, ya que ninguna polla terminó en un pan de perro caliente.
Pasó una semana, estuvimos trabajando grabando videos y divirtiéndonos todos juntos, luego nos dirigimos a casa de Rebeca y Javi para encender el asador. Habíamos decidido tener una cena tranquila, y ya que no podíamos estar de acuerdo sobre la conveniencia de invitar a Sandra o Iván, o ambos, nos decidimos sólo por la pareja que podíamos contar con que no se tiraran sillas a la cabeza.
Sentadas en la terraza, Beca y yo vimos a los nenes asando a la parrilla las hamburguesas mientras comíamos zanahorias. Había una niebla tardía moviéndose, cubriendo el cielo con nubes grises y envolviendo la ciudad en su totalidad. Temblando un poco, me acerqué a una de las lámparas de calor que estaban colocadas alrededor de cada patio.
—Tenemos novios muy guapos, ¿no? —suspiró Beca, haciendo crujir una zanahoria. Los miré y suspiré también.
—Realmente los tenemos.
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Siempre fuiste tú
FanfictionFanfic con un plot twist inesperado. Team Ken juntos en la Ken House en España. Estaré publicando los domingos de cada semana