Hola, bebés!!! Me dio un ataque de inspiración y hoy estaré subiendo un par de capítulos más.
Cuando desperté en el avión a mitad del Atlántico agradecí al señor gordo atrás de mí, porque gracias a sus ronquidos desperté de la que bien podría ser la peor pesadilla de mi vida.
Sin embargo a mi mente vino la poderosa pregunta —"¿Por qué Iván?"— un escalofrío me recorrió entera y empecé a sentirme culpable por ese maldito sueño. Fue tan real.
Mientras me acomodaba en mi asiento para intentar dormir un poco más, la voz del piloto sonó por todo el avión anunciando el próximo aterrizaje en Madrid. —Nenes, i'm here.— Sonreí con mucha emoción y hasta una risita nerviosa se me salió. Aaron seguía dormido.
El ilegítimo y yo llegábamos a Madrid y no a Barcelona porque Emilio no tenía idea de que iríamos por fin. Fue plan de Ivan, Beca y Boggi idear un viaje a Madrid con el pretexto de un par de citas de trabajo que tenían y aprovecharían para visitar a "algunos amigos". Aaron y yo los esperaremos en un Air bnb que rentamos por dos días. Por fin íbamos a conocer al ruso ardiente. Volví a sonreír.
El resto del vuelo fue caótico. No pude dormir más, grabé un par de Tikitokos a bordo y a escondidas de las sobrecargo que ya me habían regañado tres veces. Cuando por fin aterrizamos el caos continuó; Una de mis maletas no aparecía, Aarón se quejaba constantemente de un dolor en el cuello, moría de hambre, tenía muchas ganas de cagar y para maldito colmo, me estaba quedando sin pila en el celular.
Cuando apareció mi maleta fuimos directo a la salida del aeropuerto donde nos estaba esperando ya un coche enviado por Ivi, para llevarnos al departamento donde esperaríamos la llamada de Beca para dar el siguiente paso y encontrarnos con ellos.
Cuando por fin las cosas empezaban a mejorar, vi en un quiosco, su estúpido rostro que se encontraba estampado en una gran campaña publicitaria de "Ponte Bonita". Me puse frente a su inmensa cabeza, que tenía la sonrisa más tonta mientras posaba con una hoodie horrible de su merch, y mi ira burbujeó. Ahora tenía una cara. Mi ira tenía una cara, y era la cara de un imbécil. Quería darle un puñetazo, pero era sólo una imagen.
Por desgracia, eso no me detuvo.
No era de inteligentes tener un ataque en un aeropuerto internacional.
Resulta que me fruncieron el ceño. Así que, después de una advertencia enérgica
de la Administración de Seguridad en los Transportes, y la promesa de que nunca
volvería a atacar a un cartel de nuevo, arrastré a Aaron al coche. Al llegar a nuestro destino, hicimos un recorrido del lugar y aunque era chiquito, estaba bastante cómo e iluminado. Ya con
Maletas en el suelo, vi las dos únicas cosas que podrían hacerme sonreír. Tina y cama.
De alguna manera, las burbujas del baño caliente me hicieron relajarme y pude pensar con más claridad. No tenía tiempo de Jet Lag, quería ver a mis españolitos y a mi ruso ya.
Aaron llamó desde afuera.
—Jime, voy a dar el rol, quiero conocer el lugar y regreso en cuanto Beca nos avise que vienen para acá —contesté con un "mhmmm", iba en serio cuando le dije que me tenía que relajar.
No sé en qué momento la tina se puso fría y mis dedos arrugados, era momento de salir del agua o terminaría pareciendo Benjami Button en sus primeros años. Me arreglé, digo, tenía que hacerlo, después de eternos meses lo iba a ver. Por fin.
Voltee a ver mi celular y ya habían pasado al menos 4 horas de que habíamos llegado y por lo menos una y media de que Aaron se había ido. Moría de hambre así que decidí ir a la cocina a ver qué podía hacerme.
Encontré pasta y brócoli. Lotería.
Mientras la preparaba, fui a ver las tendencias en TikTok, después de todo, esto era también parte de mi trabajo. La cocina era un desastre, no sé en qué momento tiré harina, ni siquiera la iba a usar, había rabos de brócoli por todos lados. Dios, soy un desastre total. Cuando me disponía a recoger el desmadre que hice escuché pasos en el pasillo y tocaron la puerta. Supuse que era Aaron, resoplé mentándole la madre, o sea él traía llaves. Me arrastré hasta la puerta esquivando las minas de comida que estaban regadas por todo el piso.
Cuando abrí la puerta y levanté la vista no lo podía creer, la estafadora terminó estafada. Mi nene, Mili. Mi macho estaba aquí, por fin, parado frente a mí viéndome con esos ojos tan azules como el mismísimo cielo. Di el grito de mi vida, sonrió y para no perder la costumbre, salté a sus brazos. Sí, como un koala.
—¿Qué estás haciendo aquí? Se supone que no sabías...
—Que llegarías hoy. No lo sabía hasta que descubrí a Iván y Beca hablando del asunto y entonces decidimos que la sorprendida fueras tú. —Pasó junto a mí, entrando al apartamento.
Mientras cerraba la puerta y me volvía hacía él, alisé mi pelo, sintiendo
los trozos de brócoli aferrándose a mis pes descalzos. — ¿Dónde están todos? —le pregunté, caminando lentamente hacia él.
Miró a su alrededor con una sonrisa divertida, señalando los montones y
montones de comida en el piso y por toda la cocina.
Sonrió una vez más, y luego se volvió hacia mí, cogiendo una pasa que
ni siquiera sabía que se encontraba en mi frente.
—¿Vas a saludarme como me merezco?
En un rato más, nuevo capítulo :)
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Siempre fuiste tú
FanfictionFanfic con un plot twist inesperado. Team Ken juntos en la Ken House en España. Estaré publicando los domingos de cada semana