Llamada misteriosa

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–Mi nombre es Malena Castro y no Camilla Malena o lo que sea que dije, le mentí a Ignazio sobre mi nombre por cuestiones que ahora no son de mucha importancia

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–Mi nombre es Malena Castro y no Camilla Malena o lo que sea que dije, le mentí a Ignazio sobre mi nombre por cuestiones que ahora no son de mucha importancia. Soy cubana, eso ya lo sabes. En mi país vivía con mis padres, no tengo hermanos. Mi familia, de clase media baja, quería que fuera médico o abogada, que cobran muy bien para ayudarlos a salir adelante, sin embargo se me metió entre ceja y ceja estudiar artes plásticas y así estuvieron las cosas. Mis padres no me hablaron durante años, se me hizo muy difícil sacar adelante mi carrera porque no tenía el apoyo económico de mis padres y tampoco el sentimental. Encontré una manera de financiar mis gastos sin contar con su ayuda. Cuando finalmente me gradué, ellos continuaron sin querer hablar conmigo, sabían que un trabajo como ese solo traería más miseria e inestabilidad para nosotros, pero yo me sentía tan bien, tan realizada... Por el día me dedicaba a vender los dibujos que hacía de lugares célebres de La Habana como el Capitolio y la Catedral a los turistas. Algunos días ganaba un buen dinero, otros no vendía ni siquiera uno. Por las noches trabajaba en un restaurant como cajera, ganando al mes una miseria pero al menos era una contribución. Un día conocí a un hombre mayor que se ofreció a comprar todos los dibujos que tenía hecho y me aseguró que tenía un talento innato. Pasaron muchos años, ya la relación con mis padres había mejorado considerablemente y yo seguía subsistiendo con esos dos trabajos como podía. Una mañana apareció un joven más o menos de mi edad que se presentó ante mí como el hijo del señor mayor que había comprado todos los bocetos en aquella ocasión.  Me invitó a tomar un café y me contó de cómo su papá había quedado fascinado con mi trabajo. Me explicó que su profesión tenía que ver con contratos de trabajo en países extranjeros y que podía ayudarme con mis problemas económicos y contratarme para venir a trabajar aquí a Italia. Así fue como llegué a este país, al principio tenía tres trabajos para poder pagar el alquiler, la electricidad, el gas, la comida, y demás gastos que hay en una casa. Después conocí a Sara y por mediación de ella comencé en la galería, a partir de ahí las cosas fueron más sencillas para mí, pude mandarle dinero a mis padres y...el resto de la historia es que los conocí a ustedes y aquí estamos hablando tú y yo.

Hasta ese momento me había escuchado atentamente, sin hacer preguntas, había puesto en mí toda su concentración. Creo que eso era lo que me gustaba de hablar con Piero, cuando hablábamos era como si solo existiéramos los dos y el mundo se esfumara.

–Bueno, siento que hayas pasado por tantas dificultades pero a la vez me alegra que esos mismos obstáculos te hayan traído hasta aquí. ¿Y tus relaciones amorosas, qué? ¿Eres soltera, casada, divorciada, viuda...?

–Siendo adolescente tuve varios novios y ya de adulta solo una relación significativa. No he dedicado mucho tiempo a buscar pareja tampoco, así que soy soltera, sí.

–¿Y ahora? Debes tener a alguien, ¿no?– me descalcé y me senté a su lado metiendo los pies en el agua, imitando su postura.

–No, la verdad es que no. Soy muy fría, me han decepcionado tantas veces que he decidido no buscar el amor, me siento a esperar que él venga a mí. No sé si exista el muy condenado, nunca me han dado pruebas de su existencia pero, todo el mundo habla de él así que... También he decidido no entregar nunca por completo el corazón– me miró extrañado– Sí, no me mires de esa forma. Es pura lógica: si nunca entregas el corazón nunca van a hacértelo pedazos– sonreí victoriosa.

¿Y tú quién eres?[COMPLETO✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora