No sabría cómo describirles, sin ser obscena, las sensaciones que Federicco provoca en mí. Es la persona más baja y despreciable que conozco. En otra vida fue seguramente Hitler y si reencarna algún día, de seguro será en una cucaracha.
Cuando inició la semana nueva, empecé a trabajar con los chicos. El lunes, Ignazio pasó por mí a mi departamento para explicarme algunas cosas por el camino y para garantizar que no tuviera que ir andando. Además como era mi primer día no sabía dónde quedaba el trabajo y como él mismo dijo "el primer día de trabajo y de cole, es mejor si conoces a algún colega, o sea: yo".
Llegamos a unas oficinas, que ocupaban un edificio entero y en la entrada el portero nos entregó unas tarjetas de identificación. Ignazio le explicó que comenzaría a trabajar en ese lugar a partir de ese día y el señor– de expresión demasiado seria en mi opinión para trabajar con público– me comentó que debería conservar la tarjeta y mostrarla cada vez que entrara al lugar.
Avanzamos juntos hasta el elevador, por lo que parecía el lobby de un hotel, decorado con una lámpara colgante maravillosa y unos adornos florales de lirios amarillos.
Subimos hasta el quinto piso y giramos en el cuarto pasillo a la derecha. Había un flujo increíble de gente, correteando de un lado para el otro. Él pareció notar mi asombro y aclaró:
–Esos que ves, apurados, corriendo de aquí para allá son los asistentes y los secretarios de los jefes y su principal ocupación es encargarse de que nunca pero nunca...– le dio un tono confidencial a la última parte de la frase– les falte el café– su chiste me relajó un poco–¿Nerviosa?– inquirió.
–Un poco. Todas estas personas son unos profesionales en lo que hacen, trabajan en algo para lo que se graduaron...y...yo no. Yo solo garabeteo un par de líneas en un papel y nada más. ¿Qué voy a hacer cuando esté frente a ellos?¿Cómo actuar?¿Y qué palabras decir?
–¿Esa es tu mayor preocupación? ¡Por Dios!– se echó a reír, atrayendo las miradas de dos o tres presentes– Atenta porque te voy a presentar a tus futuros compañeros de trabajo: aquel de allá– me hizo mirar un poco adelante a la izquierda– enchufado por la subdirectora, antes era asistente estomatólogico y ahora está aquí de publicista. Ese otro– señaló a la derecha– un antiguo electricista que ahora se las da de camarógrafo. Y esta– dijo, esta vez en voz alta al pasar por al lado de una mesa– es hoy la diseñadora jefa porque desde hace seis años se folla al Director de Casting, antes trabajaba de comessa en un fruttivendolo. Además, no deberías preocuparte demasiado por lo de la profesionalidad. Aquí todo el mundo cree que eres la novia de Gianluca así que hagas lo que hagas, para ellos estará bien. Te celebrarán y aplaudirán cualquier decisión que tomes.
Las ocurrencias de Ignazio liberaron un poco de tensión en mí, pero todavía estaba de los nervios.
–Después de saber estas conmovedoras historias, ya no deberías sentir tanto miedo. Aunque también debes estar pensando "Menudo despelote que tienen montado estos tres". No digo yo que sea mentira, pero esta gente, así como los ves, con el pasado que hayan tenido y donde sea que hayan estado antes de aquí, son el mejor equipo de trabajo que podríamos tener y ahora tú formas parte de ello.– me sonrió, y aparecieron en sus mejillas dos tiernos hoyuelos– Esta es tu oficina– se detuvo delante de una puerta de madera pintada de rojo y la abrió, invitándome a pasar primero, como todo un caballero.
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¿Y tú quién eres?[COMPLETO✓]
FanfictionLa vida de Malena cambió luego de conocer a Piero Barone. Apasionada, algo aburrida, amante del arte y de la música de sus raíces (latinas), Malena desconocía completamente el universo de la música de concierto y por tanto, a sus mayores y más jóve...