No capítulo 1

70 14 1
                                    

by: Gianluca Ginoble

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

by: Gianluca Ginoble.

Puedo jurar que nunca había conocido a una persona tan insolente, altanera, soberbia, petulante, engreída y osada como ella.

Llegó un día de la nada a mi vida, llegó a revolucionarlo todo, a poner mi orden patas arriba, a hacer mis pocos desórdenes más pronunciados. Era como el viento irreverente de la primavera, un viento que viene a despeinarte, a golpearte en la cara y a hacerte desear que el invierno nunca llegue.

Era alegre; su sonrisa se quedaba atrapada en el aire, enredada en la brisa, para hacer eco en mis sentidos cuando no estaba presente.

Puedo jurar que nunca había conocido a alguien tan parecido y diferente a mí al mismo tiempo. Una mezcla peligrosa e inflamable de orgullo, belleza y humildad.

Era insoportable e irritantemente curiosa. Tengo su voz grabada a fuego en mis tímpanos. Tengo sus palabras que no se van de mi memoria. Tengo todas las cosas que me enseñó, guardadas en un cofrecito en el fondo de mi corazón.

Nunca entendí por qué siempre estaba a la defensiva conmigo, quizás fue por la manera tan singular que nos conocimos, quizás fue porque lo primero que conoció de mí fue mi lado antipático y arrogante.

A pesar de eso, pasamos buenos momentos juntos, como ese día que nos empapamos en pintura y al término del día me dijo que era su cumpleaños. Quise abrazarla y decirle: "Haré todo lo posible porque todos los días de tu vida fueran como este o mejor" pero en aquel momento ya sospechaba que no sentía nada por mí y decidí alejarme.

También recuerdo especialmente, el día que vino a nuestra casa por primera vez. Estaba asustada, podía verlo a años luz de distancia, pero nunca lo dijo. Ese día estuvimos demasiado cerca, nuestros cuerpos rozándose, sus piernas confundiéndose con las mías, nuestras respiraciones a menos de un palmo, su pecho subiendo y bajando, al igual que el mío a causa de las risas. ¿Será que hay algo más sexual que un juego de niños protagonizado por dos adultos? Y...¿será que hay algo más sensual que su silueta cuando mira seria un lienzo en blanco para llenarlo con sus colores?

Él día que fuimos a la pista de patinaje también fue divertido. No hacía más que caerse. Es que es de pies torpes, característica que no juega con la delicadeza de sus manos. Aún así tengo un buen recuerdo de ese día: el vaho que salía de sus labios morados por el frío, y sus manos congeladas cuando las tomé para guiarla por la pista. Debo decir que nunca nadie antes se vio tan bello tiritando como ella.

Tampoco se le daban bien los bolos, ni el billar, ni la equitación.

Era justo como su casa: un desastre.

Pero tenía algo que provocaba no querer parar de mirarla. Ojalá poder decir qué era, a ciencia cierta pero no lo sé. Puedo decir simplemente las cosas que me gustaban de ella.

Me gustaba que sacara lo mejor de mí, que me hiciera regresar a mi infancia con sus ademanes de niña, regidos por su incorregible manía de sacar la lengua a la primera de cambio.

Me gustaba que entre ambos sobraran las palabras porque ni a mí me gustaba pronunciarlas ni a ella le gustaba mucho oírlas.

Me gustaban sus meteduras de pata...¡Santo Cielo! De todo, eso era lo mejor. Tenía una vocación especial para tropezar con todo a su paso que competía con su habilidad para decir cosas torpes e inoportunas. Pero cuando lo hacía no paraba de disculparse y nunca se avergonzó por una de esas "torpezas" que– a mi parecer– la hacían única.

¿Miedos? Supongo que tenía, como todo el mundo, pero nunca los llegué a conocer. Sin embargo sé que era valiente a la hora de encarar sus problemas, que prefería hacerlo sola, que me fascinaba por ser así.

Nunca tuvo dificultad para admitir que no sabía hacer algo en específico ni fingía conocer un tema cuando no era así. Si estaba de acuerdo con algo intervenía y daba su opinión y podía pasarse horas hablando sobre ello; cuando no era así, evitaba discutir y elegía callar.

Se me agotaron las palabras, es que...estar con ella es acción, no verborragia indiscriminada. Por mucho que haga el intento de describirla, nunca podré hacerles saber cómo era la sensación de caminar a su lado, de escuchar sus carcajadas o de aguantar sus preguntas sin sentido. La extrañé mucho después de que todo se fue a la mierda.

La resumo en una palabra: inesperada.

Jelouuu!!! Amé estar dentro de Gianluca y contar este relato. Uffff, por Diosito, eso sonó pervertido y sucio y...¡¿cómo se borra esto?! Jjjj.

Muchas gracias al usuario @MaikroChavez por su apoyo, es una persona que desde un principio estuvo presente, aconsejándome y echándome un cable con el italiano. Los invito a leer su libro Die Herbenzen, hasta el momento me ha gustado muchísimo y espero que a ustedes también.

Bueno, amores, espero de corazón que les haya gustado este primer "No capítulo", si es así, recuerden dejar su voto y comentarios.

Capítulo escrito escuchando "Forever" by Lewis Capaldi.

¿Y tú quién eres?[COMPLETO✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora