∆Capítulo Siete∆

400 71 31
                                    


Trágico suceso familiar.

El 03 de Abril de 2005 ocurrió un suceso que estremeció la ciudad durante varios días. Una familia conformada por cuatro integrantes, los padres y sus dos pequeñas niñas, fueron secuestrados la noche del 01 de Abril del mismo año.
Según las autoridades encargadas del caso, las niñas fueron encontradas en una lúgubre cabaña a las afueras de la ciudad, tres horas lejos del pueblo más cercano.
Junto con los cuerpos sin vida de sus padres.
“Durante tres días los cuerpos de los Señores Baker estuvieron expuestos, al lado de sus niñas, quiénes presentaban serías lesiones y una grave desnutrición por la falta de comida. Aquel que hizo tal acto sin piedad y sin compasión pagará las consecuencias, no descansaremos hasta encontrar el asesino. El peso de la ley caerá sobre esa persona y no tendremos compasión así como él no la tuvo con la familia Baker”. Fueron las palabras exactas que indicó el jefe de la policía en una entrevista hecha sobre el caso.
Las investigaciones duraron un par de meses, pero luego de semanas, días y largas horas de búsqueda las autoridades dejaron el caso abierto, aludiendo que la persona que cometió tal crimen hizo todo con suma precaución porque durante meses no encontraron una sola prueba que los llevara al culpable. Así que el suceso del 03 de abril donde fueron asesinados el Sr Sergio y la Sra Rachel Baker, quedaron sin resolver, con dos personas muertas, dos niñas huérfanas y un asesino suelto.
Una vez más se comprueba la gran incompetencia de los cuerpos policiales.

Suspiro y limpio la lágrima que dejó un rastro en mi mejilla derecha. Sabía que sería difícil investigar y leer sobre la muerte de mis padres, fue algo que nunca quise saber a ciencia cierta más de lo que ya sabía y había vivido, no quería leer ni escuchar por otros medios como sucedió lo del asesinato, no quería tener que presenciar nuevamente la muerte de mis padres, no quería tener que experimentar esa sensación de pérdida y vacío dentro de mí.

La información que intentamos conseguir en internet eran iguales, sea cuál sea el enlace que abriéramos, todos hablaban de lo mismo y era lo que ya sabíamos, nada de lo que decían era información nueva y aún así lo que hemos encontrado ha hecho que recuerde cada cosa como si hubiese sido ayer que apenas salía de esa horrible experiencia. Recordé con claridad el último te amo de mi padre, recordé como los ojos de él y el de mi madre perdían su brillo, recordé la sangre brotando de sus cabezas.
Las imágenes iban y venían, como si se tratase de un proyector de vídeos y cada cosa que recordaba aparecía para mostrarme la realidad de todo, para hacerme entender que nunca por más que lo intente podré superar ese evento, por más que lo intente nunca dejaré de recordar la última vez que vi a mis padres con vida antes de que un disparo les atravesara el cráneo.

Cerré la pestaña en modo incógnito y me recoste de la silla, presionando mis ojos con ambas manos para no permitir que más lágrimas salieran de ellos, no podía dejar que las personas me vieran llorar, no podían verme tan vulnerable.

Respiré un par de veces, llené mis mejillas de aire y luego lo expulsé despacio, repetí el ejercicio un par de veces más.

Abrí los ojos y apagué el computador, me levanté del sitio y caminé entre los estantes repletos de libros hacía la parte central donde se encontraba de manera ordenada las mesas de estudio, llegué a la última y lancé con sumo cuidado mi morral para luego dejarme caer de nuevo en una silla, tres pares de ojos me observaron a la expectativa, esperando que les dijera algo. Solo suspiré y me quedé observando una mancha oscura en el centro de la mesa.

—¿Y bien? —la voz de Ivy me sacó de mi trance— ¿Lograste hallar algo más? —los tres pares de ojos seguían observándome, me sentí incómoda, solo quería que este día terminara, quería dormir y dejar de pensar por un rato.

Amarga Pesadilla (Libro I)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora