∆Capítulo Dieciséis∆

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¡Esto es ridículo!

¡Una completa locura!

Pero simplemente no podía hacer nada. No cuando a las seis personas que tenía frente a mí les parecía una idea increíble. ¡La mejor de todas!

Tomé el vaso de vidrio que mi tía me entregó y los demás hicieron lo mismo.

Creí que aparte de mi hermana y mi tía estarían solo Ivy e Ian pero no, también vinieron el pelirrojo y el peliblanco, ahora si que estábamos completo.

Esto parecía una reunión familiar por la celebración de la graduación de uno de los integrantes pero en realidad era todo lo contrario, no todos eramos familia y nadie se estaba graduando; ni siquiera estábamos festejando un cumpleaños o un ascenso del trabajo. Pero definitivamente estas personas escogían cualquier tonta excusa para celebrar.

¡Definitivamente odiaba eso!

Y odiaba mucho más ser yo el centro de atención. 

¿Es qué no les ha quedado claro que no me gusta celebrar nada? Mucho menos siendo yo la que se robe el show aunque no quiera.

—¡Un brindis! —mi tía habló en voz alta mientras elevaba su propio vaso.— ¡Por Lex! —me señaló. Evité rodar los ojos para no parecer una malagradecida— Porque hoy tuvo un gran paso en su vida. Porque poco a poco se esta volviendo una chica fuerte y capaz de lograr lo que quiera sin que el miedo la detenga.

Reí internemante porque sus palabras llegaron a rimar un poco.

Todos elevaron también sus vasos y a mi no me tocó de otra que hacer lo mismo.

—¡Por Lex! —Dijo una Lea muy sonriente.

—¡Por Lex! —respondieron todos al mismo tiempo antes de chocar sus vasos y beber.

—¡Por mí! —murmuré aburrida y le di un trago a mi bebida.

¿En serio? ¿Jugo de piña?

Todos miramos incrédulos a mi tía.

—¿Qué? Aunque la mayoría de ustedes sean mayores de edad no puedo permitir que ingieran alcohol en mi casa. —se defendió.

Siendo sincera odio el alcohol.

Sentir ese líquido amargo quemar mi garganta y darme ligeros mareos no me agradaba, mucho menos cuando en vez de un trago decidías tomar dos y tres y unos cuantos más hasta que sentías que podías decir y hacer cualquier cosa sin el miedo a la represalia o sin la timidez de pasar vergüenza.

No soy fan de dejarme llevar por el alcohol para a la mañana siguiente no recordar absolutamente nada de lo que hice o dije, porque sí, una vez me emborraché y fue la primera y última vez que lo hice, las consecuencias para mi fueron devastadoras...

Y sé que es aún más difícil creer que Lex Baker no solo ha probado el alcohol sino que también tuvo su primera borrachera. Admito que fue un día en el que estaba muy vulnerable, Ivy me convenció de acompañarla a un bar y lo demás es cuento.

Sé también que muchos dirán: Puedes beber sin necesidad de embriagarte hasta el punto de ser otra, pero ¿Esa no es la ciencia exacta de por qué las personas beben? Para olvidarse un poco de la realidad, lo que les rodea y en parte para olvidarse un poco de su aburrida, problemática o compleja vida.

Y eso fue lo que me sucedió a mi. Quise olvidarme por un momento de mi dolor, de mis miedos, de la patética vida que tenía y me deje llevar por el alcohol y por lo que sus efectos provocaban en mí.

No sabía realmente lo que hacía pero se sintió bien que por una vez mi mente desconectara de mi cuerpo y dejara esos pensamientos oscuros que siempre llegaban, se sintió tan bien dejar a un lado mi sufrimiento para poder disfrutar del efecto del alcohol.

Amarga Pesadilla (Libro I)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora