The Devil's Lover| ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ✔︎

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-¿Cuando va a volver?

-No estoy seguro, el diablo es impredecible.

Después de la repentina desaparición del llamado Yoongi, Taehyung se había tenido que quedar en la casa de Jimin y de ahí ir con él todos los días a la universidad. Ninguno sabía que había pasado. Dos días antes, Lucifer había dejado dicho que volvería, pero no lo hizo, cosa que dejó bastante confundió al demonio, pues se suponía, él debía volver a casa con su jefe, lo que lo llevaba a pensar que este todavía estaba en la tierra y no había descendido aún.

En los últimos días, dos para ser exactos, el demonio menor se había dedicado a hablarle a su mejor amigo sobre como era el infierno, como se vive allí, y quienes habitaban allí. Le habló de como llega un muerto hasta el infierno, de como Lucifer los juzga y como se reparten los infiernos. Le habló de los "hijos" de lucifer y de como estos eran los encargados de crear a demonios como él, sin embargo no le habló del demonio mayor que se había encargado de donarle su sangre, pues no quería responder las preguntas que Jimin le haría al saber aquello.

Después de la desaparición de su acosador mayor, Jimin había notado de algo pero se abstuvo de hablar de ellos con Taehyung, pues sospechaba que este no le diría la verdad por órdenes de su jefe.

Jungkook había desaparecido.

Se había esfumado, igual que como si nunca hubiera existido, nadie ne la escuela se acordaba de su existencia, cosa que era prácticamente imposible pues el muchacho era bastante conocido entre la gente de la universidad, tanto por su belleza como por sus notas perfectas y buena conducta. La única persona que lo recordaba era él, y si lo pensaba, realmente no tenía ganas de preguntar qué le había pasado o qué le habían hecho.

Estaba teniendo más contacto con Wonho, a pesar de las advertencias de su mejor amigo por esto, no podía evitar que aquel chico guapo y musculoso le cayera bien. Con él era demasiado amable, lo alagaba cada que podía y, aunque Jimin lo insultase y prohibiese decirle todo eso, este lo seguía haciendo, pues según él, no podía resistirse.

Ahora están en uno de eso momentos, Jimin permanecía sentado en la cafetería con el rostro ya adolorido de tanto sonreír, sus mejillas extremadamente rojas al igual que su cuello y Wonho a su lado diciéndole lo hermoso que se veía con ese penatalon apretado y esa camisa azul suelta.

-Déjame en paz ya, si no paras juro que enterraré mi puño en tu cara, Hoseok.-El otro rió casi burlon.

-Aww, eres muy tierno, Jiminnie, no sabes como quisiera quedarme a seguir molestándote pero ya me tengo que ir. El deber me llama.-Le dedicó una última sonrisa y cogió su mochila para salir de la cafetería, bajo la atentamente mirada de muchos. Wongo no era un chico que pasara desapercibido.

Jimin decidió buscar a su mejor amigo, este se suponía que estaría ahí cinco minutos antes, sin embargo no ha aparecido. Sabía que Taehyung se podía cuidar solo, pero aún así no podía evitar pensar mal cuando, de vez en cuando, desaparecía por bastante tiempo.