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-¿Me das un beso?-Pidió con sus labios en forma de pico

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-¿Me das un beso?-Pidió con sus labios en forma de pico.

-No, aún ni me cepillo los dientes.-Respondió el otro empujando la cara del mayor hacia un lado.

-¿Cuántas veces voy a tener que decirte que no me importa? Quiero un beso.

Tomo el rostro del menor entre sus grandes manos y lo atrajo hacia él para conseguir su ansiado beso de "buenos días" pero Jimin se resistió. Entre risas y un par de maldiciones tiró su rostro hacia atrás y empujó en cuerpo de Yoongi tratando de quitarse al mayor de encima, pero no podía, obviamente el diablo era más fuerte que el y a pesar de no poner tanto fuerza en aquella "pelea" Jimin estaba perdiendo.

-¡Ya! Me duele la cara.

Puso uno de sus pies en la barriga de Lucifer y lo empujó, este cayó de espaldas en la cama y se mordió fuerte el labio inferior, conteniendo una sonrisa malvada.

-Muy mal, Jiminnie.-Dijo muy paciente. Se tomaría en serio el combate.

Su siguiente movimiento fue tomar a Jimin por los pies y jalarlo hasta quedar cerca de él. Sus manos fueron a su cadera para darle darle la vuelta y dejarlo boca abajo, Jimin ahogo un grito por el movimiento brusco. Yoongi se monto en su espalda y agarró ambas muñecas del chico y las juntó en su espalda, dejándolo inmóvil.

-¡Oh por...! ¡suéltame!-Se removió incómodo y miró hacia atrás, no disfrutando mucho la sonrisa ladeada de Yoongi que gritaba "gané".

-¿Me vas a negar que te gusta estar así? Debajo de mí.-Rió cuando Jimin le gruñó y volvió a removerse.

Yoongi se frotó contra el hasta levantarse y sentarse en la parte trasera de sus rodillas, con una mano mantuvo en agarre en las muñecas de Jimin y con la otra agarró con fuerza una nalga del pelinegro.

-¡Yoongi!-Se quejó el muchacho.

-Estás tan bueno, y mierda... te tengo tantas ganas desde hace días.-Jimin suspiró y enterró su rostro en la almohada. No quería calentarse tan rápido con tan pocas palabras.

Desde que el mayor se quedaba con él, todos los días eran así. Sus conversaciones eran más largas y amenas, hablaban de la vida en el infierno, de la vida en cielo, de los gustos y disgutos de ambos, de los lugares a los que Jimin tenía muchas ganas de visitar y que Yoongi prometió llevarlo. Pasaban horas viendo las películas favoritas del menor y escuchando música antigua y piezas de arte interpretadas en piano que al mayor le encantaban y jugaban juegos de mesa que a Yoongi le parecían inútiles pero entretenían tanto a Jimin que dejaba de lado su orgullo y superioridad para volverse un alma normal más y jugar junto a él por tardes completas.

Ambos, más Jimin, ayudaban a la adaptación de Jungkook en la tierra y apreciaban el desarrollo de la relación entre el pequeño demonio y reciente ángel caído. Jimin había notado que Yoongi miraba ambos chicos con algo de cariño, aunque tratará de ocultarlo, él los quería a ambos ya que había pasado un largo tiempo junto a Taehyung y porque sentía cierto apego a Jungkook por lo que pasó con sus alas, Jimin a veces pensaba que era porque se sentía identificado con él al fin y al cabo ambos eran dos ángeles a los que injustamente les fueron arrancadas sus preciadas e importantes alas.

The Devil's Lover| ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora