El diablo ha puesto sus ojos en un mundano.
[Leer prólogo].
🕯Yoonmin.
🕯Mención de otros shipps.
🕯Capítulos de 1000 a 2000 palabras.
🕯Contiene: 39 capítulos + Final + Epílogo.
R A N K I N G S:
▪︎ #1 en Devil. 13/05/21▪︎
▪︎ #97 en Paranormal. 11/0...
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-¿Algo que me tengas que decir antes de entrar?-El castaño asintió.
-Está desarrollando un muy mal humor, ni siquiera a su madre le responde bien, solo habla normal conmigo.-Mientras hablaba, no se atrevió a mirar a su dueño, simplemente observó como los alumnos llegaban y empezaban a llenar la entrada de la gran universidad.
-Que yo recuerde, Jimin nunca ha sido especialmente amable.
-Lo sé, pero ahora no solo es grosero con personas desconocidas, ahora lo es también con los de su día a día y eso me preocupa, en un algún momento me ha a echar a un lado a mí también.
-Pues no te preocupes mucho, no creo que para cuando llegue ese día tú todavía estés aquí.-Eso le había dolido bastante al castaño.-¿Cuánto queda?
-Se-seis días.-Me quedan seis días.
-Que rápido pasa el tiempo, ya en seis días mi niño va a cumplir sus veinticuatro.-Aunque estuviera bastante triste, Taehyung sonrió.
-La verdad es que sí, todos los días los veo más grande e independiente, a pesar de todo Jimin es una persona muy fuerte.
-Sí.-El diablo respondió seco y Taehyung se maldijo a si mismo cien veces, no sabía ni porque intentaba mantener una conversación con él.-Ahí viene.-Señaló el carro blanco, propiedad de la madre de Jimin.-Nos vemos en unos días, cuídalo, más que a tu miserable e inexistente vida.-Y despareció.
Taehyung sintió como sus ojos de humedecían, así que de forma rápido pasó sus manos por ellos y limpió aquellas lágrimas que le valdrían para nada. Puso la mejor sonrisa en su rostro y acercó al pelinegro que venía bajando del auto de su madre.
-Buenos días, Minnie.-Saludó. Jimin sonrió al verlo y acercó a abrazarlo.
-Serán buenos para ti, pero eso, buenos días.-El desánimo en su voz era tan evidente que Taehyung no pudo evitar el deprimirse un poco más.
-¿Has estado soñando de nuevo?-Preguntó con cautela.
-No, sorpresivamente no.-Caminó mirando al suelo como perro siendo regañado, no tenía ganas de mirar las expresiones de asco o miedo de nadie.
-¿Entonces?
-Mis padres. Quieren meterme en un loquero que hay en Seúl, pero soy mayor de edad así que necesitan mi firma.-El castaño jadeó sorprendido.
-¡No pueden! No pueden meterte en un hospital psiquiátrico sin el informe de un psicólogo o... o un psiquiatra.-Habló en susurros, alarmado.
