El diablo ha puesto sus ojos en un mundano.
[Leer prólogo].
🕯Yoonmin.
🕯Mención de otros shipps.
🕯Capítulos de 1000 a 2000 palabras.
🕯Contiene: 39 capítulos + Final + Epílogo.
R A N K I N G S:
▪︎ #1 en Devil. 13/05/21▪︎
▪︎ #97 en Paranormal. 11/0...
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—¿No me vas a hacer caso?—Jimin tiró su libro en la cama y con su mano buena pasó de hoja.—Vamos, gritame, reclama. Puedes hacerlo.
—Obvio que puedo hacerlo, pero no tengo ganas de escucharte, así que si puedes, vete.
El otro suspiró de forma audibles para llamar la atención del pelinegro y se acercó más a él.
—Déjame curar tu brazo.
El pelinegro levantó la mirada y lo miró con hastío.
—¿Qué?
—Tienes tus exámenes en pocas semanas no puede presentarte así, dejame curarte el brazo.—Le explicó y Jimin pareció pensarlo.
Los exámenes que definirían si tenía por fin su titulo de psicología eran en dos semanas, y según el doctor, él debía estar con esa arma de tortura por un mes gracias a la lesión.
Jimin tendió su mano afectada hacia él.
—Debes curarlo, fue por culpa de tu maldito sirviente. Tú culpa.—Le reprochó y el diablo rodó los ojos caminando hacia él.
—Tiene, que dejarme hacerlo, si no no funcionará, ¿entiendes?
El pelinegro asintió sin poder evitar mirarlo a los ojos en el momento en el que tocó su brazo por encima del yeso.
Fueron unos escasos segundo los que su mano estuvo ahí, escasos segundos de un contacto visual tan intenso que su corazón no aguantó mucho para empezar a latir desesperadamente por el simple hecho de mantener contacto visual con el portador de aquellos ojos ónix, tan oscuros como el alma misma que portaba y tan profundos como el cielo justo antes de salir el sol, tan negros como la sombra que rodea la luna cuando esta está en su punto más alto del cielo.
Le daba miedo pensar que aquellos ojos podían ver más allá de los suyos, más allá de su alma.
El crujido del yeso rompiéndose llamo su atención y cortó al momento el contacto visual cuando escuchó el fuerte crujido que provocó el yeso cuando los dedos del pelinegro se cerraban contra el.
El yeso cayó partido por la mitad en la cama, soltando algunas ligaduras por la rotura.
Jimin abrió la boca sorprendido y con algo de miedo, movió su mano en círculos, cerrando y abriendo sus dedos.
Como si no hubiera pasado nada.
Como si no se hubiera roto varios huesos de su muñeca y dedos.
—Esto... ¿Cómo...?
—Soy el diablo, supongo que es una de las cosas que puedo hacer.—Le dijo totalmente serio. Sino fuera por que el hombre que estaba frente a él, diría que estaba triste, así lo percibía el humano.
—Supongo que ahmm... Gracias.—Murmuró ignorante. Tomó su libro y volvió su vista él, sin mirar al otro que seguía parado a un lado de la cama observándolo.
