"𝔸𝕡𝕦𝕖𝕤𝕥𝕒" 𝔹𝕦𝕟𝕘𝕠𝕦 𝕊𝕥𝕣𝕒𝕪 𝔻𝕠𝕘𝕤 (𝕊𝕔𝕙𝕠𝕠𝕝 𝔸𝕌)

11

(P.O.V. OMNISCIENTE)

Chuya recibió otro golpe por parte de uno de los tipos.

Y otro.

Y otro.

Pero a pesar de eso, Chuya se seguía levantando, y daba patadas en las caras de los malhechores. Dos de ellos lo agarraron de los brazos para que uno le pegara en la cara, pero este les dió patadas a sus entrepiernas, al tercero le dio un cabezazo y luego golpeó su entrepierna (sí, el mejor punto débil), los dos tipos que quedaban que amenazaban y golpeaban a Dazai, los agarró del pelo y los tiró al suelo, dejándolos medio inconscientes.

Sacó su celular y les gritó:

— ¡¡Váyanse de aquí o llamo a la policía!!— los tipos, adoloridos y mareados, salieron corriendo despavoridos, y se perdieron en la oscuridad.
Chuya escupió algo de sangre y se limpió la cara con una manga, tenía heridas y golpes en sus mejillas, pero nada tan grave.

Recogió sus cosas del suelo, luego miró a su contrario, sentado contra la pared, agarrándose el regazo y evitando la mirada de Chuya.

— T-Tú...— balbuceó, escupió sangre y tosió.

— De nada...— musitó Chuya. Dazai no respondió, sólo siguió mirando el suelo.
El pelirrojo vió la billetera de Dazai tirada, la agarró y se la tendió, este la agarró de mala gana y bufó. Esperó a que se levantara, pero el dolor lo tenía tendido.

— ¿Qué te pasa?— Preguntó.

— C-Cállate...— le dijo Dazai — v-vete de aquí...— Chuya suspiró, podía irse, pero por muy mal que le cayera era una cosa de moral humana ayudarlo, aunque sea a levantarse. 

Dazai no se movió.

— ¿Puedes levantarte?— Preguntó Chuya, perdiendo la paciencia.

— T-Te dije que...¡Agh!— tenía una herida en el abdomen que no le permitía pararse.
Chuya se agachó frente a él e insistió:

— ¿Puedes levantarte?—

Dazai se quedó inmóvil, agarrándose el regazo. Chuya pudo ver cómo su mano se llenaba de sangre.

— Mierda— susurró. — ¿Por qué no dices que tienes una herida?— lo regañó.

— Cállate...i-idota...

— ¡¡Ey no me hables así, te salvé de esos tipos!!— se alteró el pelirrojo. — A ver...ven— dijo, dándole a su mano para ayudarlo a levantarse. Dazai no la recibió, a lo que Chuya tuvo que agarrarlo del brazo y ayudarlo a levantarse.

— ¿Dónde está tu casa?— Preguntó este — no me lo hagas más difícil no tengo toda la noche.

—...está a...cuarenta minutos de aquí...—

— ¿Y qué mierda haces aquí? — Dazai no contestó.

— A ver...— suspiró — te llevaré a mi casa y de ahí llamarás a tus padres o con quien vivas, no quiero oír quejas no eres el único que la está pasando mal— dijo Chuya.

Osamu no chistó, pero en su cabeza todo lo que estaba pasando era completamente inaceptable.

Caminaron hasta la casa de Chuya a paso lento y cuidadoso para que al castaño no se le abrieran las heridas.

Kyōka estaba media dormida cuando escuchó el timbre. Fue muy molesta hasta la puerta, abrió y ahí vió a su hermano medio golpeado con otro chico mucho más alto que él que parecía estar al borde de la muerte.

— Déjanos pasar y no despiertes a mamá— pidió el pelirrojo sin dar más explicaciones.

Guió a Dazai por las escaleras, el pasillo, hasta su habitación.
Abrió la puerta y lo sentó cuidadosamente en la cama y encendió la luz.