"𝔸𝕡𝕦𝕖𝕤𝕥𝕒" 𝔹𝕦𝕟𝕘𝕠𝕦 𝕊𝕥𝕣𝕒𝕪 𝔻𝕠𝕘𝕤 (𝕊𝕔𝕙𝕠𝕠𝕝 𝔸𝕌)

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(P.O.V. OMNISCIENTE)

hola,, avisar que este capítulo va a ser un poco- angst?) sisi eso- disfruten! :D

Chuya faltó a clases el Viernes de esa semana, y es que, por esos días más o menos, había perdido a su padre, quién padecía una enfermedad terminal que los doctores no podían tratar. Akutagawa intentaba no molestarlo ese día, no escribirle ni llamarlo, debía estar con su familia.

Chuya siempre se sentía mal esos días, su padre fue alguien muy presente en su vida, le enseñó a leer, a escribir, a defenderse, a ser una persona segura de sí misma. Su mamá, después de la muerte de su amado esposo, quiso que Chuya siguiera tomando clases de defensa personal en honor a su padre, y así fue.

El castaño había estado observando mucho a Chuya esos últimos días, desde que lo ayudó con sus heridas y lo salvó de un asalto, le prestaba mucha más atención de la que quería. Notó que en la semana el pelirrojo actuaba medio extraño, luego cuando faltó ese día Viernes se extrañó aún más.

Atsushi notó que su amigo estaba muy pensativo y callado, le preguntó lo que le pasaba y este le explicó, excusando que sólo se preocupaba porque Chuya era su "competencia académica" y que no se iba a permitir "competir con alguien tan irresponsable".  El albino le dijo que si tanto le importaba la "competencia" que lo fuera a ver, obviamente Dazai se negó, pero a la salida del colegio fue directo por el camino que tomaban Akutagawa y Chuya para llegar a sus casas.

Tocó el timbre, asegurándose que nadie del colegio lo hubiese seguido hasta allí. 

Le abrió una mujer tan pelirroja como Chuya, tenía sus mismos ojos, estaba vestida con un kimono negro y un abanico blanco cubría su cara, supuso que era su mamá.

— Buenas tardes...— saludó con una reverencia — ...soy un compañero del colegio de Chuya, vengo a entregarle unos cuadernos que se le quedaron...— Kōyō  hizo una reverencia también y lo miró fijamente por un rato.

— ¿Cómo te llamas? — Preguntó.

— Me llamo Dazai Osamu, es un gusto conocerla — dijo cordialmente. 

— Eres una persona muy refinada para ser un simple estudiante...pasa — le dijo, él hizo caso. Apareció Kyoka, la hermana menor de Chuya. Tenía los mismos ojos que su madre, pero su cabello era de un color distinto. Sin decir nada, ambos hicieron una reverencia. Ella también llevaba un kimono negro, y por lo que supuso, a esa hora debía seguir en el colegio. 

Notó que el ambiente era algo decaído y triste, quizá no debió haber ido.

— Nunca había oído hablar de ti, Dazai-kun, ¿eres amigo de Chuya?— Preguntó la mujer.

— No sabría si decir amigos...somos...compañeros— respondió.

— Ah, ya veo... bueno, espera aquí — la mujer subió las escaleras, Dazai se quedó sólo con la hermana de Chuya, quien también parecía decaída. Miraba fijamente una foto de su familia que había en un estante, una sonrisa nostálgica apareció en su cara, y Dazai notó las lágrimas que se formaban en sus grandes ojos azules.

— Pasa, no creo que deba hacerlo bajar —suspiró — su habitación es la que tiene su nombre en la puerta—

Dazai asintió, dio las gracias y comenzó a subir las escaleras, ya se daba una idea de lo que ocurría.