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(P.O.V. OMNISCIENTE)

Dazai entró a su casa, esperando poder tirarse al suelo y pasar el resto de sus días así hasta morir. Lo único que lo impedía de hacer eso era que Oda (su padre) estaba en su casa pues tenía el día libre.

Entró sin hacer ruido, cerró despacio y se sacó los zapatos. Caminó de puntillas hasta su pieza y cerró cuidadosamente. Puso llave, maldijo la cerradura porque hacía un ruido muy fuerte cuando se ponía, esperando no haber hecho mucho ruido, fue hasta su cama y tiró la mochila al piso.

Su cabeza no paraba de dar vueltas, sentía que se iba a desmayar, ver a Atsushi romperse frente a sus ojos y, y a Chuya confesándole su amor para luego enterarse que todo inició por una apuesta, y que nada era cómo él creía. Se culpó. Se culpó por dejar que Atsushi cayera en el agujero, se culpó por no ver las señales repentinas, se culpó por haberse enamorado de ese idiota de pelo rojo, y que aún sintiera cosas por él aunque quisiera al mismo tiempo pegarle un combo en la cara.

Gruñó.

Akutagawa llegó a su cabeza y gruñó más fuerte, se agarró de los pelos.

— Por eso te alejé, por eso mismo — se dijo a si mismo, como si le estuviera hablando a Akutagawa.

Recordó el día que lo humilló frente a muchos alumnos, sabía que probablemente le había dejado un trauma, pero lo hizo por una razón: no confiaba en las personas que callaban sus emociones, las consideraba débiles. Irónico, pues él era así, pero nunca confió en sí mismo tampoco.

Cuando llegó Atsushi, un niño que no tenía miedo de reír, llorar, o de expresarse, además de acercarse a él para protegerlo, se acercó porque lo necesitaba de alguna u otra forma a su lado.

Atsushi podía ser ingenuo, pero en parte era su culpa por haberlo protegido tanto del mundo real, pero la verdad era que a él también le hubiese gustado no tener que ver el mundo real tan pequeño.

Sus padres biológicos se divorciaron, su madre hizo lo que pudo para mantenerse a ella y a su hijo en pie, pero terminó cayendo en el vacío. Se enfermó, y lamentable murió, a pesar de que Dazai le decía que no podía morir porque era su mamá, la vió morir, y allí sus ojos dejaron de ser los de un niño inocente.

Oda lo adoptó pues era quien la madre de Dazai había declarado su tutor legal si a ella le ocurría algo, y Oda ha sido la figura paterna de Dazai desde entonces.

Unos golpes en la puerta lo sacaron de su cabeza, sin responder, fue hasta la puerta y la abrió. Oda estaba allí, serio como siempre, pero preocupado.

— ¿Por qué llegaste tan temprano?— Preguntó. Dazai se encogió de hombros y dijo:

— Porque Atsushi se sentía mal y fui a dejarlo a su casa —

— ¿Y por qué no fuiste a colegio?—

— Porque no quería ir, además ya me había ido así que simplemente decidí volver — explicó. Oda asintió.

— Bueno — dijo. Se quedaron mirándose un rato hasta que Oda se fue a su dormitorio. Dazai suspiró, aunque sabía que ya sospechaba algo, esperaba que no hubiese notado nada raro.

Odasaku suspiró y se sentó en su cama. Sacó el teléfono de su bolsillo y llamó al contacto de Fukuzawa.

— ¿Hola?— respondió el hombre al otro lado de la línea, con voz seria y serena.

— Hola — respondió Oda.

— Oda, no esperaba una llamada tuya— dijo Fukuzawa.

— No, yo tampoco tenía pensado llamarte pero supongo que una corazonada me dice que es buena idea que lo haga — respondió este.

"𝔸𝕡𝕦𝕖𝕤𝕥𝕒" 𝔹𝕦𝕟𝕘𝕠𝕦 𝕊𝕥𝕣𝕒𝕪 𝔻𝕠𝕘𝕤 (𝕊𝕔𝕙𝕠𝕠𝕝 𝔸𝕌)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora