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(P.O.V. OMNISCIENTE)

La noche de ese Miércoles, Chuya se paseaba por la calle, pensando. Prefería no estar tanto rato en su casa, porque ahí su mente no paraba de hablar o de gritar, o ambas. 

Dazai lo tenía muy confundido, lo visitaba cada fin de semana para ver cómo estaba, pero el otro día le había gritado que estaba enamorado de su mejor amigo, y eso lo confundía. Finalmente, conversando con su madre, entendió que lo que él siente es una clase de amor extraño. Pensaba todo el día en él, de alguna forma le importaba verse bien frente a él, y a veces, cuando cruzaban miradas, su corazón comenzaba a acelerarse demasiado y sus ojos comenzaban a brillar.

¿Le pasaría a él lo mismo? No. Dazai afirmaba y sostenía estar enamorado de Atsushi, y eso no era debatible, era cierto. Era tan cierto que al pensarlo le dolía el pecho...se imaginaba a ellos dos besándose y no podía con eso, él quería besarlo, le daba lo mismo si por la apuesta o no, quería besarlo, y no quería que Dazai siguiera diciendo cosas como: "sólo porque eres mi competencia académica, nada más", que se fuera a la mierda. 

Entró al parque y cruzó el puente, ya no sabía por cuál  canción iba, no se había concentrado en su música desde que se puso los audífonos.

Ya oscurecía un poco, y no había sabido nada de Aku en todo ese rato que intentó contactarlo. Buscaba un árbol donde sentarse. 

Pero escuchó que lo llamaban, de alguna parte alguien gritaba su nombre. Y era la persona con la que menos quería coexistir en ese momento. Pero aún así se volteó a mirar. Allí, en un árbol de cerezos, estaba sentado Dazai Osamu, sosteniendo un libro con una mano y con la otra saludando a Chuya.

— ¡No intentes evitarme, sé que me viste! — Chuya gruñó. Con las manos en los bolsillos, se  acercó a él. Cuando estuvo lo suficientemente cerca se quitó los audífonos y apagó la música. — ¿Qué hace Rapunzel fuera de su torre a estas horas? — bromeó él . Chuya le respondió con un bufido. — Ay como siempre, el cascarrabias sale de su escondite — dijo con un acento dramático.

— ¿Qué quieres? — Saltó él.

— ¿Mm? ¿Qué quiero? Nada, solo te vi y decidí saludarte, ¿es tan malo eso? — Chuya no respondió — bueno, bueno...— suspiró — vete si quieres, no quiero oír tus gritos ahora — dijo. Bajó la cabeza de vuelta a su libro, pero notó que el pelirrojo no se movió. 

Levantó la vista. 

— Pensé que te ibas — dijo Dazai.

— Estoy esperando...— 

— ¿Esperando qué? — 

— Esperando...— "que me des un beso de una maldita vez, imbécil" pensó.

— ¿Hm? — dijo Dazai — ¿Esperando...qué? — repitió Dazai. Chuya bufó de nuevo. Luego suspiró.

— Nada — dijo — no vale la pena...— 

— ¿No vale la pena qué? ¿Contarme o esperar? — Preguntó el castaño. 

— Ambas — susurró Chuya. Dazai arqueó una ceja.

—¿Por qué siento que tiene algo que ver conmigo? —

— Siempre crees que tiene que ver contigo, no tiene nada que ver contigo...— mintió.

— Bueno cuando estás enojado o impaciente normalmente es por mí ¿no? — 

— ¿Y tú cómo sabes eso? — 

— Bueno, por las pocas veces que te he visto, yo...—

— "Pocas" — rio Chuya.

"𝔸𝕡𝕦𝕖𝕤𝕥𝕒" 𝔹𝕦𝕟𝕘𝕠𝕦 𝕊𝕥𝕣𝕒𝕪 𝔻𝕠𝕘𝕤 (𝕊𝕔𝕙𝕠𝕠𝕝 𝔸𝕌)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora