QUINCE

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Y SUS MENTIRAS

NO PODIAN PERMANECER OCULTOS 

POR MÁS TIEMPO, 

PORQUE SU ALMA SE ENNEGRECIA

Y SUS ENTRAÑAS SE PUDRIAN 

.

.

.


Al regreso de sus padres Jimin volvió a su frío hogar, extrañaba los poquísimos días que había pasado junto a YoonGi, quería despertar todos los días rodeado de los brazos de su novio, sentir su aliento tibio y acariciar esa piel blanquecina y delicada. Mientras más lo pensaba más anhelaba estar cerca del albino, inclusive sentía el escozor en sus manos al no poder palpar ese perfecto rostro y sus labios temblaban ligeramente al rememorar el sabor de sus besos.

—¡¡Jimin!! ¡¡Jimin! —Se sobresalto al escuchar su nombre —¿Qué pasa contigo?

—Nada papá, ¿Qué decías? No logre oírte.

—Quiero que sigas manteniendo tu amistad con YoonGi y por ningún motivo vayas a arruinarlo. Aun necesitamos de ellos para ubicarnos como una buena empresa.

—Está bien papá. Como tú digas —Su voz sonó débil, pero su padre no pudo notarlo, por lo que se apresuró en salir rumbo a la preparatoria.

Odiaba que su progenitor lo usara como si fuera una maldita marioneta, pero no podía hacer nada en contra de ello, ni siquiera podía decirle a la cara lo que realmente sentía, desde la muerte de su hermano había decidido guardarse todos sus tormentos únicamente dentro de su propia cabeza, quedándose de esa manera hundido en su miserable soledad, en su maldito desastre, sin embargo, eso le estaba pasando factura.

Los días fueron transcurriendo de la misma manera para ambos adolescentes, siempre demostrándose el ficticio amor que se tenían, no obstante, los secretos que guardaban sus oscuros corazones no siempre permanecerían en las tinieblas de su soledad, por lo tanto, la mente de Jimin cada vez era un poco más inestable y YoonGi cada día estaba un paso más al borde del precipicio

A pesar de que el pequeño rubio tenía a YoonGi para sacarlo de su oscuridad, el fantasma de TaeHyung aún estaba ahí enloqueciéndolo cada día un poco más. A medida que los adolescentes crecían también lo hacían sus pesadillas y miedos ahogándolos con mucha más fuerza.

El amor que YoonGi creía sentir por el ojiazul poco a poco pareció desvanecerse y por el contrario Jimin era más dependiente del mayor, porque solo de esa manera era capaz de seguir viviendo, de tener el control de sí mismo y no enloquecer.

Al terminar las clases YoonGi iba distraído hacía los sanitarios del segundo piso y antes de que pudiera reaccionar alguien chocó con él. Sintió un dolor agudo en el hombro derecho y sin pensarlo detuvo del brazo a su agresor y lo apretó con fuerza.

—Discúlpate —Susurró cerca de la oreja de la otra persona y giro la mirada para reconocer a quien se encontraba sujetando —¿Tú? —Frunció el ceño al reconocer esos dos dientes cuadrados que resaltaban en la boca del azabache.

—¿Te sorprende? —Esa sínica sonrisa desconcertó al pelinegro por breves segundos —¿Puedes hacer el favor de soltarme? Me estas lastimando.

ROTO - YOONMIN +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora