DIECINUEVE

26 3 6
                                    


LA BESTIA SE APODERÓ DE ÉL 

SE APROPODIO DE SU ALMA Y SE ROBÓ SU CORAZÓN,

PERO AUN SABIENDO QUE ERA LO MAS VALIOSO QUE ÉL POSEÍA 

SE LO ARREBATÓ SIN COMPASIÓN 

PARA ALIMENTAR A SU MALDITO DESEO 

.

.

.


Jimin se abalanzó sobre YoonGi en el mismo instante que lo tuvo frente a él. Lo abrazó con tanta fuerza que el pelinegro hizo algunas muecas de dolor al ser apretado de tal manera, pero a pesar de ello no lo apartó y le devolvió el abrazo, aunque la culpa lo carcomía por dentro, aunque su conciencia estaba tan sucia que no era capaz de ver esos ojos color mar. Jimin soltó algunas lágrimas sobre el hombro de su novio y no quiso soltarlo por un largo rato.

La madre de YoonGi observaba la escena con ternura, en todos esos años que su hijo llevaba de relación con el rubio había aprendido a amarlo como a un miembro más de su familia, sin embargo, también entendía que Jimin no estaba bien, lo podía notar en aquellos momentos en la que esos pequeños y brillantes ojos divagaban en su propio mundo como si vieran a un fantasma o estuvieran hipnotizados por algo que él no podía controlar y esos hermosos parpados se oscurecían de una manera tan maquiavélica que le escarapelaban el cuerpo. No obstante, a pesar de haber notado todos esos alarmantes síntomas decidió convertirse en una espectadora más.

—¿Qué paso? —Jimin tenía los ojos llorosos y no dejaba de darle besos a YoonGi en todo el rostro mientras lo tomaba de las mejillas —Estábamos tan preocupados. Creí que enloquecería al ver toda esa sangre en el piso y tu auto esta hecho un desastre.

—Estoy bien, perdí el control del coche —YoonGi no quería darle tanta importancia al asunto —Pero estoy bien.

—Pero hay algo que no comprendo, YoonGi —Su madre interrumpió la conversación —Tu auto estaba en el mismo lugar desde la mañana. Pudiste habernos llamado ¿Dónde estabas? ¿Qué estuviste haciendo en ese lapso de tiempo? —El instinto de la mujer era tan agudo que no sería fácil mentirle.

—¿Es un interrogatorio? Tuve un accidente, mamá —Las sospechas de la mujer se confirmaron al notar que su hijo le respondía a la defensiva —En estas circunstancias lo único que debería preocuparte es mi bienestar.

—Se, que ante todo soy tu madre, pero también soy policía YoonGi —El pelinegro se separó de Jimin y se encamino hacía el interior del auto de su madre.

—No voy a tener esta conversación en plena calle a la vista de toda la gente, señora detective —Jimin pudo notar la incomodidad entre madre e hijo, pero ahora que lo pensaba la dama tenía razón, puesto que los tiempos no coincidían.

La mujer condujo en silencio y mientras lo hacia su mente iba planteándose miles de situaciones en las que su hijo pudo haber estado, ya que le parecía extraño que desapareciera de la escena del accidente sin avisarle a nadie, ni siquiera llamara a la aseguradora para informar sobre el incidente. Al llegar a casa YoonGi se acomodó en el sillón de la sala y se cruzó de brazos, esperando que arremetieran contra él.

—Bien. Explícanos que fue lo que sucedió —La madre de YoonGi empezó.

—Ve al grano mamá ¿Qué es lo que necesitas saber? —YoonGi claramente estaba irritado y al ver que su madre lo observaba detenidamente, bajó la mirada y continuó hablando —Se me cruzó un animal y perdí el control del auto, hice un giro inesperado para no arrollarlo. No sé, supongo que me desmayé, pero cuando recuperé la conciencia estaba a unas cuantas casas de donde me recogieron.

ROTO - YOONMIN +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora