DOCE

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SUS MIEDOS SE HICIERON GRANDES

Y SUS DEMONIOS SALIERON AL EXTERIOR 

A ARRASARLO CON TODO

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Jimin abrió los ojos lentamente, por primera vez después de mucho tiempo había logrado conciliar el sueño, de tal manera que le parecía haber dormido por años enteros. Estiro los brazos y bostezó aun con los ojos adormilados, deseo que aquella sensación de calidez y paz continuaran por lo que se restregó los ojos con premura, se relamió los labios y se detuvo a observar el dormitorio. Mientras caía en la cuenta de que la habitación no era suya sus ojos se abrían a gran magnitud, se percató que había un cuerpo enredado entre las sabanas al lado suyo y con mucho cuidado tiro de estas para ver de quien se trataba, en un momento en la que sus nervios se desconectaron creyó que podría ser TaeHyung, su hermano. No obstante, el pelinegro que gruño al sentir el frío de la mañana lo espabilaron completamente.

—Buenos días ¿Cómo dormiste? —YoonGi se sentó en la cama con los cabellos desordenados y los ojos cerrados.

—¿Qué hago en tu habitación? Tengo que llegar a casa —Se apresuró a decir —Mi padre se enfadará por no haber llegado a dormir —Jimin se aventó de la cama a tropezones —Aish, maldición.

Cuando piso el suelo apenas tenía un camisón que cubría su cuerpo, se apresuró en cruzar las piernas, mientras YoonGi disfruta de la vista y de los gestos que hacía el menor. Amaba que Jimin luciera así de indefenso y desorientado, amaba que esas arruguitas tan conocidas para él aparecieran marcándose en su respingona nariz.

—Pero que mierda —La mañana no estaba siendo para nada agradable —Eres un pervertido ¿Dónde está mi ropa? ¿Qué me hiciste? —Lanzó la mirada para todos lados.

—Tranquilo, no hice nada de lo que estas pensando. En cuanto a tu ropa lo mande a lavar porque te hiciste pis —Se encogió de hombros —No había más opción que desvestirte, no me culpes por algo que se salieron de mis manos.

—No estoy pensando en nada, además jamás he hecho tales cosas —Jimin Salió a la defensa —No soy capaz.

—Siempre hay una primera vez, mi amor —El pelinegro le mando un beso al aire —Siempre surge lo inesperado en los peores momentos, bueno creo que en esta ocasión te tocó a ti.

—Déjate de cursilerías, no estoy de humor para soportarte a tan tempranas horas —Frunció el señor en señal de molestia —¿Dónde está mi ropa?

—Me encanta cuando te haces el difícil —YoonGi se acerco a él y lo atrajo de los hombros e invadir totalmente su espacio personal para luego plantarle un pequeño beso en los labios —Amo desarmarte con un solo beso —Susurró en su oreja.

—Me... me cogiste con la guardia baja —Se quejó el rubio.

Unos toques en la puerta les hizo pegar un salto, Jimin trato de cubrir sus piernas desnudas con sus pequeñas manos sin mucho existo. Rogaba que la puerta no se abriera, que nadie se atreviera a entrar.

—YoonGi, tengo la ropa de Jimin —Era la madre del pelinegro.

El chico se apresuró en abrir la puerta, pero solo un pequeño espacio por donde sobresaliera su brazo para tomar el uniforme escolar del menor, mientras lo hacía no podía de dejar de reír, ya que Jimin estaba temblando de los nervios y la vergüenza.

ROTO - YOONMIN +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora