VEINTIDOS

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MI CORAZON PODRIDO NO PUDO AMARTE

MIS TEMBLOROSAS MANOS NO PUDIERON SOSTENERTE

Y TU BOCA NO ME FUE SUFICIENTE 

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YoonGi llegó a su vivienda con los ánimos por los suelos, sabía que había hecho lo correcto, sin embargo, no se sentía del todo satisfecho, tenía un gran vacío en el pecho que le dolía, un dolor que lo ahogaba. Ahora no tenía ni idea de lo que haría o como continuaría con su vida, comprendía de antemano que Jimin hasta el día de hoy fue una gran salida de escape, un buen método de distracción, no obstante, desde que Hoseok volvió a aparecer ya nada podía ser lo mismo, ya nada funcionaria como hasta ahora.

Caminó como un fantasma hasta la sala, donde sus padres veían una película romántica. Estaban acurrucados uno contra el otro, cubiertos por un esponjoso cobertor. Soltó un saludo a medias y cuando se disponía a subir las escaleras su madre lo detuvo con un llamado, por lo que se giró apático, porque no quería responder preguntas ni dar explicaciones.

—¿Estas bien? Pareces enfermo —Por más que no intentase no podría escapar a la perspicaz mirada de su madre.

—Estoy bien, solo necesito dormir —Respondió de manera tan mecánica, que su madre no se convenció del todo.

—Dejé tu cena en la nevera, solo tienes que calentarla —El pelinegro soltó un suspiro.

—Ya cené, no te preocupes —Se relamió los labios, indiferente —Si me lo permites, quiero dormir —Movió la cabeza exageradamente, queriendo hacerle entender que realmente necesitaba tomarse un descanso —¿Puedo?

Su madre solo atino a asentir con la cabeza, entendía que estaba actuando sobremanera. La mujer se recostó en el hombro de su esposo y cerró los ojos intentando encontrar la tranquilidad que no podía hallar desde hace días, por más que actuaba de forma indestructible cada vez que su hijo sufría su corazón de madre de deshacía en miles de pedazos, aunque prometió que no se inmiscuiría en la privacidad y la vida amorosa de su hijo, de verdad deseaba saber más allá de lo que sus simples ojos podían ver.

Al entrar a su dormitorio se dejó caer de espaldas sobre su cama y una vez más, como casi todas las noches sollozó amargamente, sollozó por la manera en cómo había dejado a Jimin solo y despedazado. Desamparado y deshecho. Se cubrió los ojos con el dorso de las manos y se mantuvo llorando por mucho tiempo, jamás se perdonaría el haber lastimado a un ser tan indefenso y ya de por si descompuesto.

Trató de calmarse, intentó mantener la respiración lenta y acompasada, pero por más esfuerzos que hiciera sus lágrimas seguían saliendo a borbotones, ahora comprendía la frase que su abuelo materno solía decir cada cuento en la cena antes de que falleciera "amar a dos le lastima el corazón a tres" Aunque él no estaba del todo seguro si en algún momento llegó a amar al pequeño rubiecito o lo que amaba era únicamente la fragilidad con la que se desenvolvía o si Hoseok también estaba sufriendo a causa de ese estúpido triángulo amoroso.

Lloró por un buen rato más mientras su vientre subía y bajaba a causa de su quebranto. Se giró y se colocó de costado posicionándose con forma fetal dejando que las lágrimas mojaran su rostro un poco más. Es en ese momento cuando siente algo cálido sobre su hombro, Por un instante cree que es su madre, por lo que sin pensarlo se voltea y abraza por la cintura a la silueta que se encuentra a lado de la cama, pero al no reconocer el olor tan familiar a rosas que su madre siempre desprendía levanta la mirada sorprendido, un poco asustado. Se mantiene quieto con la respiración paralizada, al notar con la tenue luz de la luna que se cuela por su ventana ese rostro tan brillante y natural. Tan infernal y angelical.

ROTO - YOONMIN +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora