DIECIOCHO

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ESE POBRE SER NO ERA CAPAZ DE VIVIR SIN SU OPRESOR

NO PODÍA SOPORTAR LA IDEA DE SU SOLEDAD

ENTONCES SUPO QUE MORIRÍA A CAUSA DEL MONSTRUO

QUE DORMÍA EN SU CABEZA

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Jimin estaba preocupado, ya que no había visto a YoonGi por ningún lado a la hora del descanso, por lo que al culminar las clases intentó llamarlo varias veces al celular, sin embargo, no obtuvo respuesta. Tenía un mal presentimiento, un aguijón en el pecho no le dejaba respirar tranquilamente y a pesar de que él no se dejaba llevar por esas supersticiones se encamino hasta el aula de su novio para buscarlo, no obstante, tampoco pudo hallarlo.

Al terminar las clases su padre pasó a recogerlo y al no tener más opción que ir con él a comer se dedicó a enviarle mensajes al pelinegro, las cuales ni si quiera fueron visteados. La intriga lo estaba consumiendo, por lo que estuvo distraído en todo momento y casi no le prestaba atención al conversatorio de su padre. Lo único que quería hacer en ese preciso momento era salir corriendo en dirección a la casa de YoonGi.

—Jimin ¿Estas bien? —Su padre tronó sus dedos tres veces seguidas frente a los ojos del rubio —¿Sucede algo que debería saber?

—Nada, papá —Jimin observó a sus alrededores y se distrajo en un punto en particular.

JungKook sonreía de manera tan angelical e inofensivamente que le provocaron nauseas. Iba acompañado de otros dos adultos, lo que le hizo suponer que eran sus padres. Apenas acaban de adentrarse en el restaurante y pensando que aun el azabache no se había percatado de su presencia Jimin trató de pasar desapercibido, por lo que giró la cabeza hacía otro lado con la finalidad de no ser notado.

—Señor Jeon, por aquí —El padre de Jimin levanto la mano, llamando la atención de los recién llegados.

Las tres personas se acercaron a la mesa con timidez y saludaron a Jimin y su padre con una sonrisa dubitativa en los labios, no tardaron en tomar asiento con algo de recelo en sus miradas y permanecieron callados, mientras observaban algún lado del restaurante para disimular la incomodad que sentían.

—Señor Chenkov, es un placer conocerlo personalmente —Jungkook había tomado las riendas de la conversación —Me sorprende la rapidez con la que su empresa crece, es un genio de los negocios, me gustaría aprender de usted algún día.

—Señor Jeon, tiene un hijo muy perspicaz, lo felicito —El padre del azabache apenas sonrió y volteó a ver a su hijo —Me gusta que seas tan directo, me agradas muchacho. Algo me dice que haremos buenos trabajos algún día.

Jimin no le apartó los ojos de encima a JungKook y lo analizó detenidamente con tal de descubrir el trasfondo de esa sonrisa sínica e inocente. Sabía que tener cerca al pequeño ratón come computadoras era demasiado peligroso, por lo que activó todas sus alarmas.

—Lo cite para hablar de negocios —Jimin no entendía lo que estaba sucediendo, por lo que permanecía atento a lo que sucedía a su alrededor —No me gusta ir con rodeos. Se que usted es muy bueno limpiando la basura informática, señor Jeon. Si acepta trabajar conmigo, tendrá todas las prestaciones y un gran sueldo para darse una buena vida. Le aseguro que tendrá más dinero que ha logrado ver hasta ahora.

ROTO - YOONMIN +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora