El amor llega cuando menos te lo esperas, pero si cuando más lo necesitas.
Camila necesitaba una señal y el destino se la presento.
Lauren aprenderá que la vida tiene otros caminos para ella que no siempre son lo que imagino.
Un encuentro casual...
La cena con mis padres fue como me la imagine; durante todo el tiempo mi padre intento ofender de alguna forma a Lauren, pero ella hábilmente no se lo permitió además que tomaba cualquier oportunidad para platicar con mi madre o pedirle su opinión porque el cavernícola de mi padre no lo hacía.
Ahora los cuatro estamos saliendo del restaurante.
—Señores Cabello, fue todo un placer compartir con ustedes. —
Menciono Lauren con una sonrisa.
—El placer fue nuestro Lauren, espero que pronto nos podamos volver a ver. —
—Sera todo un placer Sinuhe. — le dio la mano a mi madre para después despedirse con un beso en la mejilla propiciado por mi mamá. —Señor Cabello nos veremos pronto para la firma de documentos, mi asistente se pondrá en comunicación con su secretaria. —
—Estaré esperando la llamada. Buenas noches. —
Ellos dos se despidieron de forma formal con un apretón de manos.
—Cariño, ¿quieres que te llevemos a casa? —
Pregunta mi madre.
Estoy por contestar cuando Lauren toma la palabra.
—No te preocupes Sinuhe, yo la llevare. —
Como siempre no dejo pautas para contradecirla. Mi madre solo asintió con la cabeza para después darme un abrazo y un beso en la cabeza.
—Nos vemos cariño, cuídate. —
—Claro mamá, te llamo en la semana. —
—Camila te quiero mañana en la oficina. —
Esa fue la gran despedida de mi padre, su auto ya estaba con los encargados para entregarlo. Una vez que se subieron y partieron quede sola con Lauren.
—¿Tienes abre? — le pregunto mientras la miro a los ojos. —Las porciones de este lugar son ridículas, un niño no podría quedar satisfecho con lo que esta gente llama cena. —
