Parte 61

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POV. Lisa

El trabajo cada vez se acumula mucho más, estoy pensando en contratar a alguien más para que le ayude a mis chicos a sacar cada proyecto.

Justo hoy llego tarde, aunque el motivo siempre valdrá la pena, Jennie no me dejó salir del departamento hasta dos orgasmos después y una taza con café.

¡Amo mi vida!

Dejo mi coche en el estacionamiento del edificio para después dirigirme a la entrada.

—Disculpe señorita Manoban.—

Me llama el guardia de seguridad.

—¿Que pasa?—

Pregunto con algo de prisa.

—Lo lamento mucho, pero no puedo dejarla entrar al edificio.—

Me quedo estática por un segundo.

—¿Se puede saber porqué?—

Pongo la cara más seria que tengo, esa que les dice a las personas que no se metan en mi camino.

—Tengo órdenes de su padre.—

Suelto un suspiro y niego con la cabeza.

—Se que estás haciendo tu trabajo y solo por eso no te despido en este preciso momento.— señaló el elevador. —En este momento voy a ir a MI oficina y las órdenes de mi padre se pueden ir al carajo. Aquí mando yo. ¿Entiendes?—

El abre los ojos sorprendo, pero solo asiente con la cabeza.

Doy media vuelta y me dirijo al elevador. Antes de que las puertas se cierren hablo al guardia.

—Si tienes la misma indicación con la señorita Park y no la dejas pasar o le dices algo de esa mierda, en ese momento puedes darte por despedido.—

Las puertas de cierran antes que el hombre pueda decir cualquier cosa.

Llegó a mi piso, camino hasta mi oficina y mi secretaria está parada revolviendo todos los documentos que tiene en la mano.

Levanta la vista y me mira sorprendida.

—Señorita Manoban, gracias a dios ya está aquí, su padre está en su oficina y me pidió que le entregará una lista con todos los asuntos que usted está llevando. Me dijo que el se va hacer cargo.—

Inhalo profundamente para después dejar salir el aire de forma lenta.

—Deja eso por favor y organiza lo que acabas de mover. No hagas nada que yo no te indique.—

—A la orden.—

Entro a mi oficina para ver a mi padre sentado en mi silla con papeles en su mano.

—¿Puedes dejar eso? Tengo todo en orden y si lo cambias de lugar será un problema.—

—¿Tu que haces aquí?—

Responde enojado.

—Esta es mi oficina.—

Nuestro Destino - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora