Nuestro Destino - Camren

Parte 24

POV. Camila

Me siento un tanto triste, es lunes y parece que la fiesta de compromiso fue hace años. Hoy no he tenido noticias de Lauren, ya está a punto de terminar el día laboral y ella no se presentó.

La hora restante de trabajo está por culminar cuando recibo un mensaje de mi hermana.

*Tenemos que hablar*

Nada bueno puede suceder cuando alguien dice esas palabras. Solo espero que no terminará con su novio o seríamos dos las devastadas.

*Te veo en mi casa en una hora, lleva la cena*

Respondo de inmediato antes de arrepentirme y decirle que la veo otro día.

Salgo de la oficina antes de que mi padre pueda decirme cualquier cosa.

El camino a casa se vuelve automático, conduzco sin ser verdaderamente concientes del trayecto hasta que estoy saliendo del coche para entrar a casa.

Subo las escaleras para ir a mi dormitorio y así poder tomar un baño rápido antes de que llegue mi hermana.

Justo estoy poniéndome el suéter de Lauren cuando escucho como abren la puerta.

Decido bajar antes de que ella comience a gritar.

Al llegar a la cocina la veo sacar varios recipientes con comida china de una gran bolsa de papel.

—Hola chiqui.—

Hablo para no asustarla.

Ella voltea para después darme una sonrisa.

—Hola Mila ¿Cómo estás?—

Me acerco a ella para darle un abrazo rápido y después sentarme en una silla alta de la isla de la cocina.

—Lo mejor que puedo estar para alguien que odia su trabajo y su vida personal es un desastre.—

Sonrió un poco, pero ella no corresponde. Tiene esa mirada rara en la cara que le da a sus pacientes.

—Quiero decirte algo, pero no sé si hacerlo antes o después de cenar.—

—Solo suelta.—

Hago un ademán con la mano para que hable y termine con esto.

—Bueno Mila, la verdad no sé cómo decir esto sin hacerte sentir mal—

—¿A mí?—

—Si, es que descubrí algo en internet.—

—Por Dios, dime qué no es un vídeo sexual mío porque te juro que según yo borre eso hace muchos años.—

Contesto rápidamente presa del pánico porque algo así pueda estar en Internet.

—¿Que! ¿Por qué rayos abría un vídeo sexual tuyo?—

Escucharla me deja más tranquila, al parecer no se trata de ningún vídeo.