El amor llega cuando menos te lo esperas, pero si cuando más lo necesitas.
Camila necesitaba una señal y el destino se la presento.
Lauren aprenderá que la vida tiene otros caminos para ella que no siempre son lo que imagino.
Un encuentro casual...
Comienzo a sentir la necesidad de abrir los ojos, pareciera que mi cuerpo tiene suficientes horas de sueño y está listo para levantarse.
Inicio a estirarme sobre la cama y es cuando un flashback llega como una película en cámara rápida, abro los ojos de inmediato volteado a mi lado.
Estoy sola en la cama, no hay nadie conmigo.
Carajo por favor no permitas que todo lo que pasó anoche sea un jodido sueño...
Ruego a Dios, a Buda, el universo o lo que sea.
Estoy a nada de ponerme de pie cuando Lauren entra por la puerta de mi habitación.
—Buen día cariño.—
Me sonríe de esa forma que me encanta.
La sigo observando mientras camina hacía mí. Lleva puesta una de mis playeras que me que quedan mega gigantes en color rojo, le cubre hasta la mitad del muslo por lo que no tengo idea si lleva bragas. Su cabello se ve increíble, se ve radiante.
—¿Eres real?—
Pregunto una vez que está parada a mi lado. Trae una bandeja con lo que alcanzo a ver qué es comida.
—Tan real como lo que hicimos anoche Camz.—
Baja la bandeja hasta colocarla a un lado sobre la cama.
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El desayuno se ve sencillo, pero delicioso.
—¿Tu hiciste esto?—
—Asi es, podría a ver hecho más, pero no hay muchas cosas en tu cocina bebé.— se encoje de hombros. —La taza azul es tu café, la amarilla es té para mí.—
Se acerca para darme un beso, pero la detengo colocando una mano enfrente.
—Espera... ¿Te diste una ducha y te cepillaste los dientes?—
—Si, en la camioneta siempre traigo mínimo dos cambios de ropa y una maleta pequeña de viaje donde tengo todas mis cosas de aseo personal.—
La veo de arriba a bajo de nuevo y se ve magnífica.
—No vamos hacer esto mientras tú te ves como si estuvieras lista para una sesión de fotos y yo me veo horrible o las dos nos vemos bien o las dos lucimos asquerosas.— durante todo mi discurso me puse de pie para ir al baño. La mirada de Lauren no dejo de seguirme hasta que me perdió de vista. —¿A qué hora despertaste?—
Hablo mientras cepillo mi cabello, está hecho un desastre.
