Capítulo 6

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Habíamos follado nuevamente antes de irme a casa, me dolía absolutamente todo, desde las pestañas hasta el dedo pequeño del pie. Pero les juro que no me arrepentía ni un gramo. El celular lo prendí cuando ya me había ido del departamento de Christian para mi Chris. Llegue a casa a la hora de almuerzo, papá estaba en el sillón de la sala.

-Hola papá.-

-Como te fue con Kate?.-

-Bien, gracias, ya sabes como es Kate.- me encogi de hombros.

-Quise hablar contigo en la mañana pero me dijo que aún dormías, por cierto viene Paul a almorzar.-

Respire lo más que pude para que no me saliera una Rosario de insultos para ese imbecil. Así que la pregunta debía hacerla.

-Porque me quieres ver con Paul Clayton, papá?, se sincero y dime la verdad¡.-

-Porque te conviene, te dará la vida que te mereces y no vas a terminar con un Don nadie que solo querrá tu dinero y tu nombre.-

-Me conviene a mí? O a ti?, porque piensas que un hombre solo me puede querer por lo que tengo y no por lo que soy?. Tan poca cosa me crees ?. Paul es un cerdo¡, quieres que me casé con un hombre que solo seré su juguete  crees que me va a amar papá?. Eres idiota si piensas que....-

Me abofeteo tan fuerte que me tiro al sillón, y luego se acercó para tirar de mi cara hacia arriba y me habló.

-Eres mi hija, eres menor de edad y harás lo que yo te diga¡ eres igual a tu madre, bella pero estúpida.- y se fue de la sala.

Me puse a llorar, ese sería mi destino, un matrimonio arreglado, sin amor, me sentía como un gran trozo de carne a punto de ser entregado a una fiera. De pronto sentí los brazos acogedores de mi Nana.

-Ya pequeña, tranquilizate, aún falta para que cumplas los 18 años y puedas ser mayor de edad.-

-Nana, que voy a hacer? No quiero casarme con ese cerdo.-

-Te voy a ayudar, en lo que me pidas, yo lo voy a hacer, por el amor que le tuve a tu madre, lo haré.- me lo dijo en susurros al oído.

-Harias eso?.- dije en voz baja.

-Si, lo haría pequeña, ahora ve a sacarte esa ropa y ponte fea para ese niño mimado.- eso me hizo reír.

Subí a mi dormitorio y me iba duchar otra vez, pero aún tenía el olor de Chris en mi piel, Jesús era tan guapo, juro que lo que le dije no fue producto de la calentura del momento, era tan delicado y a la vez salvaje, tan tierno y tan amante de mi cuerpo. Huérfano? A mí me importaba un coño¡ que fuera eso.

Bien si Paul quisiera acercarse a mí, encontraría el olor a sexo y el olor de Christian en mi cuerpo, a ver si así dejaba de molestarme el resto de la tarde.

Mi padre me estaba esperándo en el comedor y yo era un esperpento.

-Ana? Porque no te has arreglado? Ve a colocarte algo de vestir¡.-

Papá estaba furioso cuando me lo dijo, había llegado en un pijama largo de pantalón de seda y un moño mal hecho sobre mi cabeza.

-Estoy en mi casa no? No tengo porque arreglarme para quien no se lo merece y si quieren no almuerzo con ustedes, me da lo mismo, me pegaras otra vez papá?.-

- Siéntate a almorzar.- me dijo seriamente el hombre que se dice mi padre. A veces lo dudaba que fuera quien me dio la vida.

Me senté en frente de Paul, vi que me miraba el cuello cuando pasé mi mano por él, sentí igual que el picor de algo sensible en mi piel. Vi que se puso rojo de coraje, yo lo conocía, eso hacía cuando algo le molestaba.

NO PUEDO ARRANCARTE DE MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora