Entre a la cafetería en la que me encontraba trabajando, salude a mis compañeros y pase a la parte trasera. Fui hasta mi casillero, puse la combinación y saque mi ropa de trabajo.
— Buen día, DongHae —Saludo Yuri, con una linda sonrisa.
— Buenos días, Yuri —Devolví el saludo.
— ¿Cómo estuvo tu fin de semana libre? —
— Aburrido —Conteste —...pase en mi casa todo el día —Añadí, dejando mi billetera y mis demás cosas personales dentro del casillero.
— Deberías de salir con alguien —Me dijo sentándose frente a mí — eres precioso, cualquier mujer u hombre le encantaría salir contigo —
— No, gracias —
— ¡Vamos! ¿Qué te lo impide? —Pregunto cruzándose de brazos mirándome inquisitivamente.
— Estoy enamorado —
— ¿Enamorado? —
Asentí.
A pesar que han pasado ya 7 años, mi corazón sigue añorándolo. De seguro, él ni siquiera debe de acordarse de mí. Suspire.
Soy tan patético...
— Oye —Toco mi brazo pero me aparte bruscamente.
— L-lo siento —Dije arrepentido.
— Está bien...no te preocupes —Me contesto con una leve sonrisa — olvide por un momento que eres misofobico —
Tener misofobia sería mucho mejor que tener miedo a los toques de las personas, debido a mis traumas.
— Comienza mi turno, adiós Yuri —Dije saliendo de esa incomoda conversación.
Odiaba mentir pero simplemente no podía decir la verdadera razón de mi repudio al contacto físico...
Odiaba recordar esas manos ultrajando mi cuerpo durante todo ese tiempo...
***•••***
La mañana había estado tranquila. Limpiaba una de las mesas y mire mi reflejo.
¿Cómo es que había pasado a esto?
Cierto, me había enamorado de alguien menor que yo...
— Hae...por favor ¿podrías atender a los señores de la mesa ocho? —Pregunto mi jefe.
— Sí, señor —
Fui hasta la mesa que me indico, saque mi libreta y mi lapicero, me acerque y les dedique la mejor sonrisa que podía,
— Buenas tardes, bienvenidos a la Cafetería Sapphire ¿en qué puedo ayudarle? —
Los dos hombres se me quedaron viendo, provocando incomodidad.
— ¿Dónde está el dueño de este lugar? —
— ¿D-disculpe? —
— No estoy hablando contigo, delincuente —Me respondió — quiero hablar con el dueño —
Mi jefe se acercó a nosotros cuando escucho las voces de los dos hombres. Se puso de pie junto a mí.
— ¿Sucede algo? —Les pregunto a ellos.
— Sí, no queremos que ese delincuente nos atienda —Respondió uno de ellos, mirándome con desdén — es una rata que contamina nuestro mundo —
— Un pedófilo —Agrego el otro, apreté la libreta entre mis dedos — ¿Cómo puede tener trabajando a esta escoria en este establecimiento? —
— ¿Escoria? —La voz de otro hombre que me resultaba familiar se escuchó, volteamos a ver al tipo que se encontraba dos mesas atrás.
Mantenía su cabeza baja, y un sombrero negro cubría su rostro. Llevaba puesto una camisa negra rasgada del pecho haciendo notorio sus tatuajes, una camisa celeste con rayas negras y una bufanda, junto a unos pantalones de cuero.
— Sí, una escoria —Dijo prepotente, levantándose. Se acercó a mí y me tomo del brazo.
— Ciertamente, aquí hay dos escorias y claramente son ustedes dos, imbéciles —
— ¡Es una mierda, un pedófilo! —Respondió tironeándome — ¡debería de estar muerto, le haría un favor al mundo! —
— No le permito que le hable de ese modo a mis empleados —Me defendió mi jefe — suéltelo —
— ¿¡Va a defenderlo!? —Grito llamando la atención de los demás clientes — ¡tiene a un pedófilo trabajando con usted! ¿¡O que es que aparte de pedófilo también es una putita!? —Su otra mano descendió por mi espalda.
— S-suélteme —Susurre entrando en pánico, odiaba esto.
Mi respiración se volvió errática, mi corazón empezó a latir dolorosamente contra mi pecho y comencé a sudar. Los recuerdos, esos malditos recuerdos volvieron a mi mente una tras otro.
Lo último que vi fue al hombre del sombrero levantarse y acercarse al hombre que me tenía, y después todo se volvió oscuro para mí.
***•••***
Abrí los ojos poco a poco, molestándome la luz de la lámpara. Moví la cabeza notando que me encontraba en una habitación que no era la mía y tampoco estaba en un hospital.
Me senté con rapidez provocándome un mareo, lleve mi mano a mi cabeza.
— Despertaste —La misma voz.
Mire a la puerta, notando sus manos primero, viendo que en una de sus manos tenia tatuado PULL en cada dedo de ella y la otra tenía diferentes signos. Fui subiendo, aún tenía el sombrero puesto negándome así conocer su rostro y sin embargo no tenía miedo.
— ¿Q-quién eres? —Pregunte.
— Ha sido bastante tiempo desde la última vez que nos vimos —Respondió él — pero no creí que no reconocerás mi voz, profesor Lee —Levanto su rostro.
Todo mi mundo se detuvo y mi respiración se cortó....
Era él...
HyukJae estaba frente a mí sonriéndome...
Mis ojos se llenaron de lágrimas, y me levante de la cama acercándome, notando de a poco sus tatuajes.
— Hol...—Mi mano fue a su mejilla, dándole una cachetada — ¡Ahhh! ¿¡Y eso porque fue!? —Me pregunto sobando su mejilla.
Fruncí el ceño.
— Eso fue por esos tatuajes —Respondí, tome la bufanda que tenía en el cuello y lo acerque a mi rostro — y esto...porque te he extrañado —Trague saliva, pero uní nuestros labios.
Dios, Dios, Dios...lo estaba besando...
Y no tenía repulsión ni miedo...
Mis mejillas fueron bañadas por mis lágrimas de alegría al sentirlo de nuevo, sentí sus manos en mi rostro. Nos separamos por la falta de aire.
— También te extrañe mi amor —Me dijo y solloce — perdón por haber tardado tanto en volver por ti, pero ahora...nadie nos va a separar...—Me dijo.
. . . . . . . . . . .
Look de Hyuk (me encanta como se ve 😏🔥)
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