Mátame. (NPSA3)

Sinceramente estoy roto.

Llegamos rápidamente al hospital, entramos y Alexandre le pregunto a la recepcionista por su abuelo, me indico con la mano que era en la tercera planta así que nos dirigimos hacia allí.

Al salir del ascensor un ambiente de paz me consumió, el olor a hospital enseguida llego a mis fosas nasales, los recuerdos del ultimo día que vine aquí llegan a mi mente sin poder yo frenarlos.

-¿Te encuentras bien?- me pregunto Alexandre lo mire un momento y tomando una gran bocanada de aire asentí.

Pasamos por lo que parecía una sala de espera, giramos por un pasillo a la derecha, luego entramos como a una habitación en la que no había nada para después Alexandre abrir otra puerta.

-El hospital es nuestro por lo tanto tenemos algunas habitaciones privadas solamente para estos casos- me explico mientras me daba paso.

Enseguida pude detectar las caras de lamento que tenían todos, Luke, Louis, Juliette y Nathalie eran los únicos que no estaban. 

Todos me saludaron y Jean Pierre me explico que era lo que le pasaba, tenía un tumor cerebral, por lo tanto la operación que le harían seria a vida o muerte.

-La operación está prevista para dentro de una semana porque todavía tienen que seguir haciéndole pruebas- me dijo en español, Dominique empezó a moverse y a abrir los ojos, paseo los ojos por toda la habitación hasta que los posos en mí.

-Josette, venez ici il vous plaît (Josette, ven aquí por favor)- ella se inclinó a su lado y él le dijo algo al oído a lo que ella asentía.

-Salid todos, menos tú Alejandro- dijo mirándome, yo mire a Dominique y este solamente asintió.

Poco a poco todos iban saliendo hasta que quedamos los dos solos.

-¿Cómo estas muchacho?- dijo cuándo me acerque a su cama.

-Bien- dije encogiéndome de hombros.

-No hijo no me refería a eso- enseguida supe a lo que se refería.

-Sinceramente estoy roto, estoy roto por dentro, como si en dos años nada hubiera cambiado, todos los días sueño con ella, ahora menos, gracias a que mate a una chica que se parecía mucho a ella- ahora que lo digo en voz alta suena un poco loco pero nadie puede saber que le pasa a su cabeza.

-¿Cómo fue eso?- me pregunto con el ceño fruncido.

-Un día apareció una chica rubia en mi habitación, estaba mirando la foto de Ana entonces me dijo que era que estaba buscando el baño, entro al baño de mi habitación y cuando salió fue como volver a ver a Ana, pero sabía que no era ella ya que esta chica era rubia con el pelo muy largo y con muchos tatuajes y ella era castaña y su piel lisa sin rastro de manchas de tinta, era imposible que fuera ella- dije recordando aquel día- al día siguiente teníamos una entrega y con el que tenía que ser la entrega no fue por lo tanto la broma que le teníamos preparada Luciano y yo no nos funcionó, en cambio cuando nos quedamos los dos solos empezó a decir cosas que sabía sobre todos, hasta de Ana, ahí fue cuando me harte y ella se quitó las gafas dejándome ver lo mucho que se parecía a Ana, los sentimientos dentro de mí se agolparon, al principio creí que era ella de verdad pero luego recordé que estaba muerta y la rabia me consumió así fue como le dispare y la deje que se desangrara- dije terminando, él me observaba muy callado hasta que por fin decidió hablar.

-¿Y no pensaste en ningún momento que ella puede estar viva de verdad?- dijo tosiendo.

-No, jamás pensé eso, ella está muerta y tengo que aceptarlo- dije negando con la cabeza.

-Realmente nadie sabe si está muerta- dijo mirándome con una pequeña sonrisa- todos vimos su esqueleto pero nadie le hizo una autopsia…- le corte antes de que continuara, eso no lo sabía yo.

-¿Cómo? ¿Cómo? ¿Nadie le hizo una autopsia?- él negó con la cabeza- pero, ¿Por qué no?

-Porque ella no nunca quiso que se le hiciera y eso nosotros lo respetamos mucho- dijo intentando incorporarse en la cama, me levante del sillón, lo cogí del brazo y lo ayude a incorporarse.

-Lo entiendo, entonces, ¿usted cree que no está muerta?- él asintió y volvió a hablar.

-No es que lo crea, es que lo sé y si ella nos quiso hacer creer que estaba muerta será por algo, lo que te quería pedir es que descubras que es eso que le hizo huir- dijo cogiéndome la mano- como decía tu abuelo, debes encontrar una verdad que sea verdad para ti y al parecer para ti nunca ha sido verdad que ella estuviera muerta- realmente no, nunca pude creer que ella hubiera muerto y ahora que Dominique me está diciendo esto menos, todavía no me puedo rendir porque todavía me quedan cosas que hacer, porque todavía tengo que encontrar a alguien.

Salí de la habitación cuando una enfermera entro, Alexandre y yo decidimos irnos a su casa para descansar después del viaje.

Llegamos a su casa y entramos a la cocina donde estaban todos, hasta Alessio.

-Hola- dije al entrar.

-Hola Alessandro, ¿Qué tal estas?- dijo Alessio dándome la mano.

-Bien, ¿y tú?- le dije mientras que tomaba a Juliette.

-Bien también- dijo para después irse al salón.

-Hola guapísima- le dije a Juliette, esta había crecido mucho.

-Que chulo estas, primo Alex- me dijo fijándose en mis tatuajes. 

-Ya ves, yo quiero hacerme uno- dijo Luke el cual también había crecido mucho al igual que Louis, los dos ahora eran más altos y gracias a los entrenamientos tenían el cuerpo más formado, a sus dieciséis años parecen que tienen dieciocho.

-Los tatuajes no se hacen así como así, tienen que tener un significado- les dije dejando a Juliette en el suelo para saludar a Nathalie.

-¿Qué tal estas?- me dijo dándome dos besos en las mejillas y abrazándome.

-Bien, ¿y tú?- le dije sentándome en uno de los taburetes.

-Podría estar mejor- me dijo encogiéndose de hombros- ¿Cómo están todos por allí?- me pregunto para cambiar de tema.

-Todos muy bien- le dije recordando sobre todo a mi ahijada.

Después de estar un rato jugando con Juliette y que Nathalie se la llevara a dormir me dirigí a la habitación de Ana, donde dormiría todo el tiempo que estuviera aquí, me quite toda la ropa y me tire a la cama, mire toda la habitación y me puse a pensar hasta que caí en brazos de Morfeo.