Epílogo.

3.7K 296 43
                                    

Seis años más tarde.

-¡Dominique! ¡Vuelve aquí!- grite mientras veía a mi pequeño de seis años correr con su pistola nueva.

-Mami, Paulo no para de tirarme del pelo- cogí en brazos a mi pequeña Ada y me la lleve para dentro junto con Dominique.

Quien me iba a decir a mí que a mis veintiséis años casi veintisiete iba a estar casada y con hijos.

¿No dicen que cuando pasa la tormenta llega la calma? Pues estos tres niños son mi calma, relativamente, ya que no me dan descanso.

Mis tres pequeños monstruos, tengo a Dominique uno terremoto de seis años de pelo negro y ojos mieles, tengo a Adamas, su nombre viene por mí ya que diamante en griego es adamas (el invencible) es una preciosa castaña de ojos verdes de tres años y ya por ultimo tengo a mi pequeño Paulo, el mellizo de Ada y de cabello castaño y ojos marrones.

La alegría de mis días, desde que tuve a los mellizos no hemos tenido pensamientos de tener más ya que tampoco podemos estar mucho tiempo sin trabajar, sin trabajar me refiero a llevar las dos mafias.

-Ana- la voz de Hugo llamo mi atención.

-Dime- dije dejando a Ada en el salón junto a sus dos hermanos.

Caminamos hacia la cocina, parecía nervioso, por sus manos sudadas y sus movimientos acelerados apostarían lo que fuese en que ha pasado algo.

-Ha desaparecido Alexandre.

¿Cómo?

-¿Cómo?- pregunte perpleja, mi primo no podría haber desaparecido así como así.

-Desapareció ayer pero nadie quiso decirte nada- fruncí el ceño y antes de seguir con esta conversación me dirigí a mi habitación.

-¡Lucinda!- enseguida apareció por el marco de la puerta mi criada.

-¿Qué necesita señora?- pregunto mientras yo sacaba la maleta ya hecha de debajo de mi cama.

-Prepárame a los niños, me voy a Francia y quisiera llevármelos- ella asintió y con un ''si, señora'' desapareció.

Una hora más tarde estábamos ya en Francia, gracias a que tenemos cerca el aeropuerto allí en Milán.

Aparcamos el Range Rover delante de la casa, baje a los niños y nos dirigimos con ellos hacia la puerta, toque dos veces y la primera conocida que vi fue la de mi abuela, empezó a abrazar y a besar a los niños hasta que se dio cuenta de mi existencia y comenzó a besar y abrazarme a mí.

-¿Dónde están abuela?- pregunte una vez que ya me había soltado.

-Donde siempre hija- asentí y dejando a los niños con mi abuela y sus primos me dirigí directa al despacho.

Entre al despacho como alma que lleva el diablo, estaba enfadada, no, estaba más que eso.

-¿¡Qué coño le ha pasado a Alexandre!?- todos en el despacho se quedaron mirándome. En este estaban, mis padres, mis tíos, mis primos, familia de Alejandro e Isabella ya que esta estaba casada con mi primo y Arabelle y Noah.

¿Mi hermano? Mi hermano no quiso entender que yo iba a tener un hijo, todavía recuerdo la última vez que hablamos, no terminamos nada bien, y desde que tuve a Dominique no lo he vuelto a ver, está huyendo, huyendo de la mafia, huyendo de mí, de su familia, yo ya se lo dije.

Flashback.

-¡Tú estás loca!- me grito mi hermano cuando le dije que iba a tener un bebe- ¡vas a tener un bebe y ni si quiera va a tener un padre! Además, ¡tienes veintiún años! ¿Quieres arruinarte la vida ya para siempre? Aborta, va a ser lo mejor que puedes hacer- ya está, hasta aquí habíamos llegado.

Mátame. (NPSA3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora