Amanda Smith.

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Ana P.O.V.

Me mire al espejo por última vez y me acaricie el brazo donde tenía todos mis tatuajes, eran tatuajes que me recorrían todo el brazo izquierdo de flores y algunos dibujos sin sentido, en la mano izquierda también llevaba la palabra HATE escrito letra por dedo, debajo de esta en cada dedo tenía un dibujo, debajo de la H había un signo de dólar, debajo de la A había una flor de cuatro puntas, debajo de la T había un rombo y debajo de la E había una flecha, en medio de mi mano había un gran diamante que tenía dos A dentro de este. Me puse un top blanco dejando ver mi trabajado abdomen a conjunto con unos pantalones cortos negros y unos tacones rojos como mis labios, era verano así que hacia muy buen día, me hice una coleta en mi perfecto pelo ahora rubio y que me llegaba hasta por debajo del culo y salí de mi apartamento dando un portazo, me subí en el ascensor y baje hasta la plaza de garaje para coger mi coche, un BMW serie 6 cabrio rojo, este era el coche que me había asignado mi primo hace dos años atrás.

Dos años habían pasado desde ‘’mi muerte’’, pero en ese tiempo había recapacitado lo suficiente como para entender que Alejandro verdaderamente no me quería, era un amor de mentira, si me hubiera querido no me hubiera dejado ir así como así, mi primo me llamaba una vez cada tres semanas como me prometió, la primera vez tuve que escuchar como por el altavoz lloraban toda mi familia, también me llamo hace cinco meses diciendo que nuestra familia ya habían descubierto a nuestro supuesto tío Pierre, lo habían torturado y finalmente sabiendo que la causa de mi muerte era su culpa mi padre le cosió el cuerpo a balazos, por no contar de la tortura que le hicieron entre todos, mi primo también me conto que las cosas por España van mejorando, Alejandro ahora está al mando de su mafia ya que su padre quiso sacar a la luz al fin quien era su hijo, pero él volvió España, Luciano vive con él en nuestra antigua casa, Inma y Bea van casi todos los días junto con Kyan para verle y ayudarle en las misiones ya que ahora ellos también pertenecen a su mafia, Bea después de pasado un año supero la perdida de Pablo y ahora al parecer tiene algo con Luciano, Inma y Kyan siguen igual que siempre y hace ocho meses mi primo Alexandre e Isabella de vez en cuando también van a España para que así encargarse de todo entre las dos mafias que por suerte ahora están más unidas que nunca, hace un año que mi hermano se echó novia y me encantaría conocerla, es española y seguro que es muy simpática porque él a las antipáticas no las soportaba, hoy cumpliría un año la hija de Arabelle y Noah, que por cierto los dos volvieron a España después de enterarse de mi supuesta muerte, después de eso ya no supe más de ellos hasta que Arabelle parió, cuando por fin tuvo a la niña, porque era una niña, se llamó Ana y su padrino es Alejandro, según mi primo la niña no tiene madrina ya que su madrina debería de ser yo porque es el papel que a mí me toca, todos han vuelto a hacer sus vidas, al igual que yo.

Ahora mismo me encontraba de camino a mi trabajo, sí, tenía trabajo, dentro de una mafia, exacto, estaba en una mafia pero no como Ana Dómine, allí era Amanda Smith, una chica a la cual se le habían muerto todos sus familiares en un atentado y ahora andaba sola por el mundo, Thomas que es el jefe de la mafia en la que estoy, la mafia Lawrence, me tiene mucho cariño, me trata como si fuera su hija y yo lo trato como si fuera mi padre aunque sé que al mío de verdad nadie lo podrá remplazar jamás, conocí a Hugo, el hijo de Thomas, a la semana de estar aquí, fue que un chico intento propasarse conmigo y se llevó un balazo entre ceja y ceja, sí, yo por esos tiempos estaba muy susceptible, Hugo me vio y me ofreció a meterme en su mafia, pase por un periodo de prueba, que para mí, personalmente, no fue nada y enseguida me metieron de lleno con ellos, hace exactamente cinco meses que no recibo llamadas de mi primo, lo veo bien, hasta que no pase un tiempo no debería de llamarme, así que mientras tanto no lo he echado en falta, ni lo voy a hacer, me gusta mi vida de ahora, sobretodo después de darme cuenta de cómo eran las cosas allí.

Entré a la gran finca de los Lawrence y aparque mi coche en la misma puerta, subí los escalones que daban a la puerta y toque tres veces para que después Dorothea, la ama de llaves que por cierto se parecía mucho a Agathe mi ama de llaves allí en Francia, me hizo pasar para después darle un beso en la mejilla y decirme que Thomas estaba en su despacho y Hugo en la cocina.

Fui directa a la cocina encontrándome con Hugo Lawrence, el único hijo de Thomas, este era castaño con el pelo siempre desordenado el cual le daba un aspecto atractivo junto con sus ojos verdes se llevaba a cualquier chica a la cama, él tenía dos años más que yo, era de la edad de Alejandro, pero no tenían punto de comparación ya que Alejandro era frio y calculador en algunos momentos aunque estuviéramos juntos y Hugo es cariñoso y muy acogedor desde el primer momento en el que nos conocimos.

-Hola Huguito- dije dándole un beso en los labios.

-Hola Ami- dijo tragando la comida que tenía en la boca y sonriéndome, me encantaba su sonrisa, era tan sincera.

-¿Sabes que quiere tu padre de nosotros?- le pregunte mientras le quitaba un trozo de bizcocho, él me miro frunciendo el ceño y negó para después hacer una mueca de enfado con su cara la cual me hizo reír.

 -Hola Amanda- dijo Marcus sonriéndome de la puerta y saludando con la mano yo le sonreí e hice el mismo gesto que él, luego poso su vista en Hugo y volvió a hablar- Thomas nos quiere a todos en su despacho ya- dijo desde la puerta, Marcus era el mejor amigo de Hugo, tenía su edad y era alto de pelo negro con ojos grises, muy atractivo también, este era todavía más extrovertido que Hugo y cuando nos mandaban a hacer trabajos juntos me lo pasaba genial.

-Hola mi queridísima Amanda- dijo Thomas cuando me vio entrar por la puerta, él era un hombre de unos cincuenta y tantos años con el pelo negro con alguna que otra cana de por medio y los ojos verdes como  los de su hijo, yo le sonreí y me fui hacia él para darle un beso en la mejilla.

-¿Qué querías papá? Estaba desayunando- dijo Hugo señalándose de arriba abajo su pijama.

-Tengo una nueva misión para vosotros- dijo poniendo los codos encima de la mesa, yo mire a Marcus que estaba apoyado en la pared al lado de la puerta y a Hugo el cual estaba detrás de la silla en la que estaba sentada yo con los brazos cruzados- ya que Amanda lleva casi dos años con nosotros ya es hora de que salgáis y os hagáis cargo de los negocios que tenemos fuera, así que os mandaré fuera- yo asentí con el ceño fruncido.

-¿Cuándo nos iríamos?- pregunte.

-Mañana, a primera hora de la mañana- dijo Thomas mirándonos a uno por uno.

-¿Y cuál es el encargo?- pregunto Hugo apoyándose en el respaldo de mi silla.

-Llevareis un cargamento de armas a España- tuve un escalofrió que me recorrió toda la espina dorsal- el negociante se llama Alessandro Lombardo, es italiano y desde hace dos años, es jefe de una de las más grandes mafias de todo el mundo- se me pusieron los pelos de punta, joder.  

-¿Ese no fue uno de los que huyeron de su país porque lo andaban persiguiendo en busca de venganza?- pregunto Hugo haciendo que yo fijara mi vista en el suelo, ¿todo el mundo conocía nuestra historia?

-Él y otros dos más, los futuros jefes de las mafias más importantes del mundo, fueron ellos los que mataron a los Collins, gracias a Ana Dómine- dijo Thomas afirmando lo que había dicho su hijo.

-He oído hablar de esa chica, dicen que es fría y calculadora, no le importa nada ni nadie y no titubea a la hora de apretar el gatillo, también dicen que podría matar a una mafia entera sin siquiera pestañear- dijo Marcus con voz de asombro, dios como exageran, yo no soy tan mala ¿no?

-Sí, es verdad, era el diamante de los Dómine- ¿el diamante? Que apodo mas tonto- pero, murió- dijo Thomas con un tono de decepción en su voz pero pronto se recuperó y nos miró a todos- la entrega será pasado mañana, os tendréis que quedar allí unos días para que no haya problemas- nosotros asentimos- y eso es todo- dijo señalándonos la puerta por la que segundos después estaba yo ya saliendo con dirección a mi coche.

-Ami- me grito Hugo- espera- dijo y yo pare en seco, me volví hacia él con una amplia sonrisa- ¿estás bien?- me pregunto con el ceño fruncido.  

-Perfectamente, es que estoy cansada- dije mirándolos ahora a los dos ya que Marcus acababa de llegar hasta nosotros- voy a mi apartamento, mañana a primera hora estaré aquí- dije dándole un beso en la mejilla a él y a Marcus- adiós chicos- dije saliendo y arrancando a toda velocidad mi coche para salir de allí cuanto antes.

Lo volvería a ver, por una parte me parecía divertido, le aparecería como un fantasma, me divertiría a su costa igual que él lo hizo.

Prepárate Alejandro porque voy para allá. 

Mátame. (NPSA3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora