CAPITULO 31.Cena

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-Mi pequeña Nicole .- La mamá de Estela me abrazaba con fuerza.- Tanto tiempo, has crecido bastante.

-Te extrañe mucho Marlene.- Le devolví al cálido abrazo.

Marlene era una mujer magnifica, era una excelente madre, una maravillosa esposa y un ángel con las personas a su alrededor, ella había sido como una madre para mí y para Rogelio, ellos nos brindaron su apoyo, su hogar y la compañía que necesitábamos, los queríamos mucho y ellos a nosotros.

Su casa era casi igual de grande que la de Victoria, también tenía un precioso jardín alrededor solo que sin tantas flores, había una piscina pero no era ni la mitad de lo que era la otra, todo estaba acomodado de una manera muy bella, solo que muy sencilla, no tenía tantos cuadros ni tantos adornos.

-¿Y este muchachito tan guapo?.- Marlene miro con detenimiento a mi acompañante.

-Hola, soy Adan.- Se presentó de inmediato tendiéndole la mano con respeto.

-Estela no me había platicado que ya tuvieras novio querida.- Me miro sorprendida.

-No somos.- Hablamos los dos al unísono.- No somos novios. Termine la oración riéndome nerviosa.

-Aun.-Adan sonrió de oreja a oreja.

-Son tan lindos juntos.- Marlene acaricio el brazo de Adan de forma amistosa.- Diviértanse.

Se alejó de nosotros para encontrarse con los demás invitados.

-¿Aun?.- Me cruce de brazos y lo mire directamente a los ojos con una ceja arqueada.

La cara de Adan era todo un poema, estaba sonriendo ampliamente, divertido.

-No tienes tanta suerte bruja.- Se encogió de hombros.- Lo siento, alguien tenía que decirlo.

-Alguien tiene que decirte a ti que no eres tan sexy como piensas.- Seguí su juego.

-¿No?.- Rio fuertemente.- Yo nunca dije que era sexy, eso lo acabas de decir tú, al parecer tu si piensas que lo soy.

Golpe bajo. Los dos comenzamos a reír.

Después de lo que habíamos visto hace una hora atrás no habíamos dejado de hablar todo el camino a la cena, estábamos bien, no podía negar que aún me sentía dolida por lo que había visto semanas atrás en su habitación pero había decidido dejarlo pasar, habíamos decidido ser solo amigos y dejar de lado lo poco o mucho que había pasado entre nosotros, el podía seguir su vida y yo la mía, ser amigos haría el ambiente de la casa menos tenso, estaríamos bien el uno con el otro. Trataba de ocultarme a mí misma que aún me encantaba este hombre, pero por lo menos podría tenerlo cerca.

Nos encontrábamos en algún lugar del jardín bebiendo vino tinto de unas preciosas copas que algunos trabajadores de la casa nos habían servido.

-¿Qué vamos a hacer?.- Lo mire de reojo después de darle un trago a mi copa.

Adan se encogió de hombros, sabia de lo que estaba hablando.

-Tengo que hablar con Oscar y preguntarle que es lo que pasa con...

-Nico.- Me interrumpió.- ¿Piensas que te dirá la verdad si oculta algo?.- Me miro directamente a los ojos.- Piénsalo bien y responde, ¿Crees que sea cien por ciento sincero contigo?.

Por una parte tenía razón y me costaba admitirlo, Oscar era muy importante para mí y lo quería bastante pero no sabría si me diría la verdad en una situación así, yo quería confiar en que si pero ¿y si no? Me daba miedo saber la respuesta.

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