Blanco & Negro

Capítulo 19. Continuación de la Cita.

Después de más de 1 hora dentro del carro me di cuenta de lo divertido que era Adan y de la maravillosa persona que era por dentro, detrás de ese duro, frio y grosero hombre había uno gentil, divertido y grandioso.

Hablamos sobre cosas sin importancia, me contaba algunas historias sobre sus amigos, anécdotas en fiestas, cantábamos y bailábamos con la música de la radio mientras reíamos a carcajadas con imitaciones mal hechas de algunos de los artistas que pasaban, hubo algún momento de silencio pero no de ese incomodo que hace que quieras escapar lejos de ese lugar si no de aquel que te hace querer permanecer ahí por un largo tiempo en tranquilidad y completa paz.

Al lado de Adan todo parecía tan fácil y sin complicaciones, todo parecía tener sentido y solución.

Mi celular había estado sonando por un largo tiempo hasta que decidí apagarlo por completo, sabía que Oscar y Estela estarían furiosos conmigo y no sabía que explicación les daría, sin embargo, al lado de Adan eso parecía no importar.

Era como si estuvieras en casa, o en alguno de tus lugares favoritos, solo sentías ganas de no salir de ahí jamás.

-¿Cómo es tu universidad?.- Lo mire rompiendo el silencio.

-Como cualquier otra supongo.- Se encogió de hombros sin darle importancia.

-¿Vas mal?- Lo mire de reojo.- Me refiero a que eres el chico más sexy de toda la universidad, sales con quien tú quieres cuando quieras, eres el chico cliché en cualquier historia de amor.- Los dos reímos fuertemente.- ¿Y no me dirás que los maestros te detestan por no estudiar o ir por ahí haciendo lo que se te plazca?.

- Los maestros me adoran bruja.- Rio.- Tengo buen promedio y no me la paso por ahí.- Sonrió ligeramente.- Me gusta estudiar, prepararme para el futuro.

Lo mire sorprendida, para nada era la respuesta que yo esperaba escuchar.

-¿Tienes un futuro planeado?.- Lo mire con interés acomodándome en el asiento.

-Todo mundo lo tenemos.- Me miro de reojo.

-¿Puedo saber de qué se trata?.

-Quiero poner escuelas gratuitas para los pequeños que no cuentan con los recursos necesarios para tener una buena educación.

Mi corazón se encogió de nostalgia y sentí mis ojos inundarse.

-Es lo más hermoso que he escuchado en mi vida, Adan.

-Tu eres lo más hermoso que eh visto en mi vida, bruja.- Poso una de sus grandes manos sobre mi pierna descubierta.

Su rose me erizo la piel, su mano era suave y caliente, hacia pequeños cariños sobre mi pierna tiernamente.

-Eres la primera persona en saberlo.- Me miro.

-Tu secreto está a salvo conmigo, lo prometo.- Le sonreí ampliamente.

-¿Puedo hacer una pregunta?.

-Claro.

-¿Tu alguna vez estudiaste?.

-No lo hice.- Confesé.- Yo y Rogelio éramos como esos niños a los que ahora tú quieres apoyar, mis padres no podían pagar una educación y ellos nos enseñaron un poco de lo que sabían.

Adan me miró por un momento como si sintiera compasión por mí, nos quedamos en silencio escuchando la música de fondo.

-¿Ya me puedes decir a dónde vamos? Comienzo a entumirme y esta oscuro.- Me queje.

- Tranquila bruja, estamos por llegar.- Me apretó suavemente la pierna.

10 minutos después de camino y Adan paro el coche a la orilla de la carretera.