Capítulo 23.Drama.

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¿Por qué la gente se va? Esa persona a la que más amas, la persona que más necesitas un día está contigo y al día siguiente simplemente no está más.

La vida puede ser un poco injusta a veces, se lleva a las personas buenas y deja a las malas, nadie tiene una explicación para eso pero sea cual sea es injusta su manera de manejar las cosas, la vida es injusta y cruel, no podemos hacer nada para cambiar el dolor que dejan las personas que se van, no podemos llenar el vacío que te dejan al marcharse.

Después de que Naty se quedara dormida salí de su habitación, habíamos pasado el resto de la tarde y parte de la noche viendo televisión, jugando con Lucas y haciéndonos peinados. Eran las 7:00 pm cuando me dirigí a la cocina a tomar un poco de agua fría pues era una noche calurosa, estaba sirviéndome un vaso cuando una voz me hizo brincar de susto.

-No bajaste a cenar y me preocupe.

Oscar estaba recargado en el marco de la puerta observándome.

-Casi me matas de un susto.- Me toque el corazón bromeando.

Oscar se acercó a mí con rapidez y torpeza rodeándome con sus brazos fuertemente haciéndome tambalear.

-¿Pero qué diablos te pasa?.

-No soy Adan.- Comenzó a hablar y pude darme cuenta de lo que pasaba.

- Estas borracho.- Lo aleje de mi.- ¿Qué dices?.

Lo miraba confundida, Oscar no era el tipo de chico al que le gustaba tomar y menos a este grado, estaba tambaleándose frente a mí con un olor terrible a alcohol, sus ojos se veían rojos he hinchados como si hubiera ¿llorado?.

-No soy Adan.- Volvió a repetir arrastrando la voz.- Yo si te quiero.

Se volvió a acercar a mí pero retrocedí.

-Oscar estas ebrio, vamos a tu habitación para que pueda acostarte y...

-¡No!.- Grito interrumpiéndome.- Tu escúchame a mi.- Tomo la barra de la cocina para evitar caerse y siguió hablando.- No soy Adan, yo si te quiero.- Repitió.- No eres cosa de un rato, eres una mujer magnifica, eres hermosa, eres dulce con las demás personas y yo sí puedo ver eso.- Comenzó a llorar ligeramente.- Adan no.- Hizo una pausa.- No soy el.

Por milésima vez en el día me quede sin habla, sin saber que contestar, Oscar estaba parado frente mi exponiendo sus sentimientos y yo solo podía quedarme callada.

-¡Contéstame!.- Grito tan fuerte que me hizo dar un brinco de susto.- Dime que tú también me quieres como yo a ti.- Susurro con las lágrimas cayendo en sus mejillas.

-Oscar yo...-Comencé a hablar.- Te quiero, de verdad que sí y eres un gran chico pero...

-No soy Adan.- Volvió a repetir pero esta vez claramente y fuerte.

Oscar se paró derecho frente a mí, respiraba rápidamente como si le faltara el aire pero no apartaba su mirada de mí, comenzó a dar pasos largos y torpes mientras yo retrocedía.

-Oscar cálmate.- El miedo comenzaba a invadirme.- Oscar por favor tranquilízate.

-Si no eres mía no serás de nadie.- Me tomo de la muñeca fuertemente arrastrándome hasta el.- ¿Me escuchaste?.

Oscar me jaloneaba una y otra vez de la muñeca llevándome fuera de la cocina, intentaba zafarme de su agarre pero él era mucho más fuerte que yo.

-Oscar para.- Intentaba no hacer ruido para no despertar a los demás pero estaba asustada sin saber que hacer.- Oscar por favor.- Jalaba mi brazo intentando zafarme pero era inútil.

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