Capítulo 7. Largo día.

1.4K 143 18
                                    

-Pásame los limones por favor cariño.-Me ordeno Ximena.

Eran las 6:30 am y nos encontrábamos en la cocina preparando el desayuno para la Familia Smith, había pasado ya una semana desde que entre a esta casa, Ximena estaba preparando un agua de limón en una jarra mientras yo terminaba de preparar unos chilaquiles verdes.

-¿Por qué desayunan tan temprano?.- Pregunte casi como un zombie, no era de mis cosas favoritas despertarme tan temprano y menos para trabajar.

-Siempre ha sido así.- Me contesto meneando el agua con el azúcar.- Adán y la pequeña Naty se van a estudiar y Victoria se va a la empresa donde trabaja.

Solo escuchar el nombre de Adán me alteraba el corazón, me puse a recordar el último dia que hable con él en su habitación y después más noche en la mía, hace una semana. Castigo, castigo, castigo.
No había vuelto a hablar con el desde entonces, nos observábamos durante las comidas y desayunos pero solo eso.
Decidí actuar normal y hacerme la desinteresada preguntando otras cosas.

-Ohh...-Bostece.- ¿De qué es esa empresa en la que trabaja Victoria?.

-No lo sé cariño.- Se encogió de hombros.- Ningún trabajador de esta casa lo sabemos con exactitud, solo lo que escuchamos algunas veces, incluso, dudo que sus hijos lo sepan.

-¿De verdad?.- Me inquiete.- ¿Por qué no habla de su trabajo?.

Se los dije, soy muy curiosa.

-Victoria es una mujer muy linda y tierna.- Se puso a mi lado derecho y me miro.- Como también puede llegar a ser muy apartada, sobre todo cuando se trata de cosas del trabajo, no le gusta hablar de eso.

-¿Y si asesina gente?.- Dramatice estar aterrada tomando mi cara con ambas manos.

Ximena y yo comenzamos a reír como dos locas.

-Buenos días amor mío.- Alberto entro a la cocina con gran humor abrazando por la cintura a Ximena.

-Buen día cariño mío.- Le correspondió el abrazo.

-Oh lo lamento, buen día señorita.- Me saludo amablemente cuando noto mi presencia.

Le di un saludo con la mano junto con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Dónde está Oscar?.- Pregunto Ximena.

-Estaba sacando el coche del señor Adán, no debe tardar.

-Bueno.- Me miro a mi.-Cielo, ¿Podrías avisar que ya está listo el desayuno?.

Apagó la flama de la cazuela con la comida y yo sentí que el corazón y estomago se encogían quedando casi diminutos.

-¿Podrías ir tú?.- Le solté de la nada y Alberto y ella me miraron muy sorprendidos, me mordí el labio inferior nerviosa.- Yo... quería decir que....-¿Qué digo? No quiero volver a la habitación de Adán por nada del mundo, pero claro, a ellos no les puedo decir eso.- Tu siempre sirves la cena sola, hoy lo hago yo, ¿Te parece?.- Trate de lucir amable pero mis nervios estaban por todo el lugar.
Estaba muy cómoda trabajando sin preocuparme por Adán o cualquier otra persona, no quería que eso cambiará.
Ella lo dudo por un momento observándome con mucho detenimiento, sentí que pasaron horas cuando ella por fin asintió y salió de la cocina acompañada de Alberto. Solté un gran suspiro de alivio y comencé a servir cada plato.

-Hola Nicole.- Oscar entro por la puerta de la cocina con muchos ánimos.

Él tenía tan buena vibra que todo el día te contagiaba de felicidad, es como si solo de verlo se te olvidara todo por completo y solo te sintieras bien a su lado, te llenaba de tranquilidad y paz. Todo lo contrario a Adán.

-Buenos días Oscar.- Le sonreí mientras servía los platos.

-¿Puedo ayudarte en algo?.- Se acercó y comenzó a vaciar un poco de crema y queso a cada plato servido.- Huelen riquísimo, ¿A quién se debe tan delicioso desayuno?.- Levanto la ceja derecha mientras me observaba con detenimiento.

-¿A quién crees?.- Me hice la chef aplaudiéndome yo misma y el comenzó a reír.

Tenía una sonrisa muy bonita y radiante que resaltaba con su piel morena, era un chico muy guapo, tenía cabello negro azabache y ojos color café claros, era alto y delgado, un poco fortachón pero nada parecido a lo que mis ojos encontraron en Adán. Dios, no me lo puedo sacar de la mente.

Adán, Adán...Castigo.

Oscar y yo seguimos bromeando mientras me ayudaba a acomodar la mesa del comedor y cada plato donde correspondía junto con las bebidas, cuando todos bajaron ya estaba todo listo para desayunar.

-Buen día chicos.- Saludo Victoria luciendo radiante como siempre.

- Buen día.- Dijimos al mismo tiempo y soltamos una risita.

Ximena venía con Naty de la mano platicando sobre que la pequeña quería un perrito de mascota pero le daban miedo, Ximena solo reía.

Adán venia bajando junto con Alberto pero ninguno de los dos decía nada.

Todos tomamos asiento en acomodo como lo habíamos hecho toda la semana anterior pero esta vez, Naty estaba de mi lado. Mientras comía me contaba con la boca llena sobre ese cachorrito que quería para el día de su cumpleaños que sería en dos días más según me dijo. Oscar y yo reíamos junto con ella cuando nos decía los posibles nombres que le pondría: Pancho, Popote, etc.

Alguien se aclaró la garganta y voltee. Adán y yo cruzamos miradas y me paralice por completo, sus ojos de verdad cada día se veían más hermosos, todo su rostro me dejaba sin habla. Tenía una mirada diferente, una mezcla de rabia y diversión pura, hasta su mirada era bipolar. Le dio una mirada rápida a Oscar y después volvió su vista hacia mí y entonces recordé su advertencia, no le había hecho caso y quizás eso lo hizo molestar, pero ¿Me importaba? En lo absoluto, yo era libre de hacer lo que quisiera ¿No?.

Aparte mi vista de la de él y seguí comiendo como si no estuviera a punto de darme un infarto por los nervios. Cuando Victoria, Adán y Naty se fueron comenzó la acción aquí, Ximena y yo recogimos y lavamos hasta el último plato y vaso que se había ensuciado, una vez terminada la cocina me dicto mis tareas: Barrer, trapear, lavar baños y sacudir el piso de abajo por completo y una vez terminado, pasar al jardín para regar las plantas.

Comencé a hacer todos mi deberes desde las 8:00 am hasta la 1:00 pm, si la casa se ve grande, haciendo el aseo es aún más gigante, termine exhausta y me fui directamente a mi habitación después de asegurarme con Ximena que no faltaba nada más que hacer y que ya tenía solo una parte del dia libre para visitar a Rogelio, después de tocar mi almohada, quede dormida.

----

Me desperté a las 3:00 pm y me tuve que arrastrar hasta el baño para darme una ducha rápida, iba a ir visitar a mi hermano solo un rato para regresar a tiempo y preparar la cena. Me puse un pantalón de mezclilla y una blusa azul cielo desgastada.

Estaba cepillando mi cabello cuando alguien toco la puerta, mi corazón se aceleró pensando que quizás era Adán que ya había vuelto de la universidad.

-Nicole.- La voz de Oscar se escuchó del otro lado de la puerta y di un suspiro de alivio con ¿Desilusión?.

No Nicole, no.

Cuando le abrí tenía las manos frente a él jugando con ellas nervioso.

-Dime.- Lo observe curiosa.

-Ximena me dijo que irías a visitar a tu hermano y que no tenías como irte.- Pausa.- Y quería saber si tu...-Miro al piso tan nervioso que sentí ternura.- ¿Querías que yo te acompañara?.

Castigo, Castigo, Castigo

- Que amable de tu parte.- Le sonreí abiertamente.- Me encantaría.

Y se preguntaran: ¿Qué estás haciendo Nicole?. Bueno, una parte de mi sabía que no tenía nada de malo en que el me llevara, nadie podía prohibirme que hacer, y por otra parte, sentía curiosidad de lo que Adán sería capaz de hacer si se enteraba.

Me estoy volviendo loca. 

Blanco & NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora