Habían pasado ya tres meses desde que llegue a trabajar a casa de la familia Smith, las cosas siempre eran iguales, nada cambia, todo sigue como el primer día, las mismas conversaciones, las mismas actividades y los mismos rostros de todos los días.
-¿Estás seguro que no sabes nada?.- Pregunte por tercera vez.
- Más que seguro, ya te lo dije.- Repitió Adan.- Deja de darle importancia y ponte a estudiar.
Adan y yo estábamos en su habitación sentados sobre la cama con libros de biología, matemáticas y literatura alrededor de nosotros, en este tiempo había aprendido mucho de él, todas las tardes estudiábamos juntos por más de dos horas después de terminar mis deberes.
-Ayúdame a conseguir la llave.- Insistí.
-"No existe nada bueno ni malo, es el pensamiento humano el que lo hace parecer así".- Cito ignorándome.
-William Shakespeare.- Rodé los ojos.- Si tu no me ayudas, conseguiré quien sí.
-Bruja.- Me miro fastidiado.- No lo lograras, lo intente hace tiempo, es imposible, deja de indagar en cosas que no te importan.- subió el tono de voz.
Abrí la boca para hablar pero la cerré enseguida al ver su gesto. Hace unos momentos dijo que no sabía nada sobre las habitaciones en las que su madre se paseaba a escondidas de todos nosotros y yo comenzaba a creerle, se veía despreocupado e indiferente ante ese tema.
-"La verdadera grandeza consiste en hacer que todos se sientan grandes".- Hice una pausa.- Charles Dickens.
Después de media hora más de literatura pasamos a biología en donde Adan me hablaba sobre células, composición del ADN, biodiversidad, entre otras cosas y yo solo podía concentrarme en sus labios húmedos y su movimiento al hablar.
Mi mente viajo a idear un plan para obtener las llaves de las habitaciones sin que Adan se diera cuenta y mucho menos Victoria, necesitaba estructurarlo perfectamente para no tener errores y me costara mi trabajo en esta casa.
Pero ¿Sería buena idea? De eso no estaba segura.
-Nicole, ¿Me estas poniendo atención?.
La voz de Adan me hizo volver de mis pensamientos.
-Sí, si.- Tartamudeé.- Lo siento.
Adan cerro el libro y lo coloco junto con los demás.
-Creo que sería mejor si pasamos a un tema que me gusta más.- Se acercó a mí.
-¿A cuál?.- Lo mire confundida.
-Anatomía.- Pausa.- No soy muy bueno en ese tema y creo que tú tampoco así que...- Me acaricio la pierna descubierta.- Podemos investigar juntos, ¿No crees?.
Solté una carcajada de inmediato.
- Me gusta biología.- Tome otra vez el libro jugueteando.
-Podemos seguir en otro momento.- Lo quito de mis manos dejándolo sobre la cama.
Adan ahogo mi risa con un beso suave que se fue intensificando más, sus labios húmedos jugueteaban con los míos mientras daba un par de mordidas en mi lengua y labio inferior, su mano subía y bajaba por mi pierna descubierta mientras con la otra me tomaba del cabello suavemente.
Mi corazón se aceleraba con cada caricia, cada beso, Adan me hacía sentir en poco tiempo lo que nunca había sentido.
Comenzó a inclinarse más hacia mí lo que me hizo caer de espaldas sobre la cama, abrí un poco las piernas para darle paso a que se colocara entre ellas y una vez así comenzó a bajar poco a poco hasta mi cuello dando besos húmedos por todo el lugar mientras jugaba con su lengua haciéndome sentir cada vez más húmeda, una de sus manos comenzó a dar caricias sobre mi abdomen suavemente subiendo hasta llegar a uno de mis senos que acaricio con delicadeza por encima del sostén.
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Blanco & Negro
Teen Fiction¿Los polos opuestos se atraen, no? Esta es la historia de Nicole Lee y de cómo su vida cambio al entrar a trabajar a casa de los Smith, una familia millonaria y poderosa. Una novela que te hará reír, llorar, enamorarte y sobre todo emocionarte.