CAPITULO 34. Mia.

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ADAN

Nicole se acercó a mí con decisión rodeando mi cuello con sus brazos parada de puntas, mis manos rodearon su cintura y supe que era lo único que necesitaba,

Sus deliciosos labios se juntaron con los míos abriéndole paso a un beso tan apasionado como dulce, jugueteaba con su labio inferior dando pequeñas mordidas en él, su lengua jugaba con la mía una y otra vez mientras con sus pequeñas manos tiraba de mi cabello atrayéndome más hacia ella. Su respiración estaba agitada, su pecho subía y bajaba rápidamente al igual que el mío, estábamos deseosos por estar el uno con el otro.

Sus besos sabían al vino tinto que había tomado hace un momento, eran carnosos y suaves.

Mis manos tocaban y acariciaban lentamente su cintura y eso parecía gustarle, su piel se erizaba con cada toque que yo daba.

Tener así a Nicole era lo único que deseaba desde hace tiempo, la había extrañado, extrañaba sus besos, su cuerpo y su presencia.

Estaba loco por esta mujer y ahora lo podía reconocer.

-Si no estás segura podemos parar.- Susurre sobre sus labios.

Nicole me observo por un momento, pensando.

Sus mejillas estaban enrojecidas como siempre que estaba cerca de mí, sus labios estaban rojos he hinchados y sus pupilas dilatadas.

-Vamos a la habitación.-Me sonrió coqueta y me tomo de la mano.

¡Dios que mujer tan sexy!.

Saliendo casi de puntitas para que nadie nos fuera a ver Nicole me dirigió hasta el piso de arriba de la casa, toda la fiesta seguía abajo en el jardín y en el comedor, nadie se daría cuenta de que faltábamos nosotros.

De manera silenciosa Nicole comenzó a abrir una de las habitaciones para ver si estaba vacía mientras yo estaba tan ansioso como niño pequeño. Una vez dentro del cuarto nos aseguramos que estuviera por completo solo y le puse el seguro a la puerta.

-No sé qué me hiciste, enserio.- La tome de las caderas rápidamente para pegarla hacia mi.- Pero me tienes a tus pies.

Nicole sonrió ampliamente, jugueteando con mi cabello.

No entendí como una mujer podía ser tan ardiente y tan adorable al mismo tiempo.

Pero me encantaba.

Nuestros labios se pegaron nuevamente continuando el apasionado beso, dando mordidas y jugando con nuestras lenguas comencé a desabrochar lentamente su vestido por el cierre que tenía en la espalda.

-Date la vuelta.- Ordene y ella enseguida obedeció.

Coloque su cabello de lado para que no estorbara, pegue mi cuerpo al de ella hundiendo mi rostro en su cuello por detrás, la escuche soltar un suspiro y enseguida ladeo su cara para darme más acceso.

Comencé besando su cuello lenta y delicadamente usando solo un poco de lengua, con una de mis manos la sostenía por la cintura y con la otra daba pequeñas caricias por una de sus piernas, lentamente su abdomen hasta llegar a su cuello que apreté solo con un poco de fuerza "ahorcándola" ya con la espalda descubierta deposite varios besos en ella también.

Su piel estaba suave y caliente, olía delicioso.

Nicole se giró hacia mí y comenzó a desabrochar mi camisa de vestir, botón por botón.

Estaba tan desesperado que solo quería arrancarme y arrancarle la ropa ahí mismo.

Una vez que me la quito y la tiro al suelo con sus suaves manos daba caricias en mi pecho, hombros y brazos sin quitar su mirada de mí, me veía con detenimiento como queriendo grabar cada centímetro de mi cuerpo.

Blanco & NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora