Estar recostada sobre el pecho de Adan era de las mejores sensaciones que existían, los dos estábamos completamente desnudos aun, habían pasado unos quince minutos desde que terminamos pero ninguno de los dos queríamos movernos.
Me sentía bien, no dudaba de lo que acababa de pasar y no me arrepentía en absoluto. Había sido mejor de lo que me imagine todo este tiempo y no tenía ganas de pensar en nada más que pudiera arruinarlo.
-Estaba pensando.- Adan comenzó a hablar.
-¿Y ese milagro?.- Comencé a reír a carcajadas.
-Ja ja ja.- Rodo los ojos.- Que graciosa eres, que bárbara.
Gire el cuerpo para verlo a la cara, tenía una sonrisa amplia.
-¿Qué estabas pensando según tú?
-Que deberías seguir con las clases.- Me acaricio el cabello.- Eres muy inteligente y aprendes rápido, enserio me encantaría ayudarte a estudiar nuevamente.
Creía que no podía estar más feliz hasta que Adán dijo eso, lo abrace con fuerza y emoción.
-Si si si si si.- Repetí varias veces llena de felicidad.- ¿Qué me enseñaras ahora?.
-Yo no.- Pausa.- En una escuela.- Sonrió ampliamente esperando mi reacción.
¿Qué?
Abrí la boca sin saber que decir, me había tomado por sorpresa.
-¿Es broma?.
-No, ya dejaste claro quién es la bromista entre nosotros.- Se burló del mal chiste de hace un momento.
Solté una carcajada y le di un pequeño golpe en el hombro.
-Eres un estúpido.-No paraba de reír.
-Aguas con la comediante.- Comenzó a reír también.-No vayas a matar a alguien de la risa.
Después de que termine de reír como una foca tome aire para seguir hablando.
-Pero si nunca he estudiado antes en una escuela ¿Cómo me aceptaran en alguna?¿Cómo hare eso?.
-Podrás estar en la mía, la directora es amiga de mi madre y estoy seguro que cuando vea lo capaz que eres te aceptara sin problemas, solo necesitamos practicar un poco más y estarás lista para impresionarla.
-¿Tu escuela?.- Me rasque la nuca- Es muy cara Adan yo no podría pagar algo así.
Adan tomo mi mano.
-Te estoy diciendo que yo te ayudare, confía en mí.
Hice una mueca, pensando.
Era una muy buena oportunidad para mí, podría superarme y tener los estudios que tanto había deseado pero me daba mucha vergüenza que el la pagara o me ayudara a hacerlo, siempre me había gustado ser alguien independiente de mis cosas y esto era algo muy grande.
-Solo si prometes no interferir con mis resultados, si me aceptan o no que sea por mis medios y mi esfuerzo no por ti, ¿está bien?.
-Lo prometo.- Me guiño el ojo.
-Entonces es un si.- Aplaudí emocionada y me lance sobre el nuevamente para abrazarlo con fuerza.
Estábamos jugueteando y bromeando cuando se escuchó la puerta, alguien intentaba abrirla.
Adan y yo nos miramos enseguida y nos tapamos la boca para no hacer ningún ruido.
-¿Por qué mierda no se abre?.- Una voz conocida se escuchaba detrás de la puerta.
-¿Le cerraste con llave a tu habitación?.- Otra voz conocida.
-No lo recuerdo, pero al diablo, vamos a coger al baño.-Las dos personas detrás de la puerta rieron y se retiraron de ahí rápidamente.
Adan me miro sorprendido y una vez que los pasos se alejaron soltó una carcajada.
Estela y Rogelio se irán a coger al baño y ahora yo estaba enterada.
-Que puto asco.- Susurre.
-Hubieras visto tu cara.- Adan no dejaba de reír.
-Cállate.
-Tu cogiste en la cama de tu amiga sin su autorización ¿eso se te hace bien?.- Levanto una de sus cejas.
-Te voy a poner un chingadazo.- Me reí.- Vámonos de aquí.
Una vez que los dos nos cambiamos rápidamente, bajamos en silencio por las escaleras para que nadie pudiera vernos, ya era tarde, la mayoría de la gente se había ido y solo quedaban algunas personas bailando al ritmo de la música que había, había señores grandes y jóvenes, todos ya bastante tomados.
Buscamos a Marlene y a su esposo por un largo rato hasta que por fin los encontramos.
-Marlene.- La tome del brazo para que volteara a verme.-Ya nos vamos, muchas gracias por invitarnos.
-Gracias a ustedes por venir, esta es su casa.- Se tambaleo ya un poco ebria.- Mucho gusto muchachito.
Adan solo le sonrió de lado.
Una vez que nos despedimos de algunos invitados más nos fuimos camino a casa.
Íbamos en el coche, platicando tonterías y bromeando, cantando alguna que otra canción.
Adan tenía su mano sobre una de mis piernas, nunca lo había visto tan feliz, se veía relajado y tranquilo, como si nada le importara en estos momentos, como a mí.
¿Cambiaría algo después de lo que había pasado?
No lo sabía y no quería tocar el tema, no quería arruinar el momento.
-Estoy emocionado porque entres al colegio.- Me miro de reojo.- Impresionaras a todos.
-¿De verdad lo crees?.- Me mordí el labio nerviosa.- Igual me emociona, solo que me asusta.
-No tienes de que preocuparte, estoy seguro que serás la más inteligente de todos ahí, con suerte hasta una beca te darán.- Hablo emocionado.- Y me tendrás a mí para apoyarte en todo.
-Te prometo que le pondré muchas ganas, significa mucho para mí.
Adan y yo nos quedamos sonriendo como tontos.
Desde de unos minutos más de camino, llegamos a casa.
Estaba todo apagado y muy silencioso aun, ya era tarde así que todos deberían estar dormidos.
-¿Te quedaras a dormir conmigo?.- Susurro tomándome de la cintura.
-No.-Acaricie su cabello.- Tienes que extrañarme poquito aunque sea por la noche.
Adan hizo puchero como un bebe.
-Yo te extraño a todas horas, bruja.- Me dio un pequeño y rápido beso en los labios.- Por favor.
Negué con la cabeza varias veces.
-Descansa.- Bese su mejilla y me separe de él.
-Igualmente.
Una vez estando en mi habitación y después de ponerme mi pijama caí rendida, me dolía todo el cuerpo y solo quería dormir.
Había sido una de las mejores noches de mi vida sin duda alguna.
Ya me estaba quedando dormida cuando mi celular vibro.
Un mensaje de texto.
"Ey bruja, ya te extraño."
Sonreí al verlo.
"Duerme rico."
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Blanco & Negro
Teen Fiction¿Los polos opuestos se atraen, no? Esta es la historia de Nicole Lee y de cómo su vida cambio al entrar a trabajar a casa de los Smith, una familia millonaria y poderosa. Una novela que te hará reír, llorar, enamorarte y sobre todo emocionarte.