Capítulo 13. Continuación de la fiesta.

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Se separó de mis pechos y metió sus manos rápidamente por debajo de la falda de mi uniforme tomando mis bragas.

-Estas a punto de querer gritar mi nombre, bruja.

Tiro de mis bragas y las dejo caer al piso en un solo movimiento, me retorcí en mi lugar. Adán me jalo más a la orilla de la barra y cerré rápidamente las piernas.

-No cierres las piernas.- Gruño abriéndolas nuevamente con brusquedad.- Te voy a probar.

Y sin decir más se agacho poniendo su boca y lengua en mi vagina lamiéndola al mismo instante.

-Ahhhh!!.- Me estremecí y lo jale del cabello pegándolo más a mi humedad.

Su lengua bajaba y subía con rapidez por mi mojada vagina volviéndome loca con cada movimiento, metía y sacaba su lengua dentro de mí y yo movía mis caderas a su ritmo en busca de más placer.

-¿Te gusta?.- Susurro por encima de mi clítoris.

Me costaba hablar, no salían las palabras, solo podía asentir con la cabeza y el apretaba mi trasero con brusquedad pegando más mi intimidad a su boca, devorándola por completo. Sentí mi cuerpo contraerse sintiendo el orgasmo venir y después de retorcerme en su boca llegue soltando un gran gemido que el ahogo con una de sus manos.

-Ven.- Me bajo de la barra y aunque sentía las piernas temblar no deje de observarlo.- Es mi turno.

Sentí los nervios de punta y trague saliva rápido cundo vi que se empezó a desabrochar el pantalón, nunca había visto un pene en mi vida, ni mucho menos tocado o sentido, me sonroje por completo cuando lo saco de sus bóxer y lo vi duro, erecto ante mí. Lo mire a los ojos en busca de ayuda y el pareció notar mi expresión de sorpresa porque sonrió con ternura.

-Dame tu mano.- Estiro su mano y yo la tome.

Adán coloco mi mano sobre su erección y sentí las mejillas arder, no sabía cómo hacerlo y eso me daba vergüenza ante él. Me hizo rodearlo con mi mano y poniendo su mano encima de la mía comenzó a moverla de arriba abajo mostrándome cómo hacerlo, sus ojos se cerraron y soltó un suspiro de placer. Una vez que entendí como hacerlo comencé a hacerlo por mi cuenta con movimientos más rápidos haciendo más presión.

-Arrgg Nicole.- Gruño posando su cabeza hacia atrás.- Así.- Gimió.

Seguía los movimientos sin parar rápidamente observando las expresiones que tenía Adán en su rostro, se veía de lo más sexy gimiendo con cada movimiento que hacía, cada que jalaba su erección y como mordía su labio inferior.

-Voy a llegar.- Gimió con el pecho subiendo y bajando rápidamente llegando al orgasmo.

Quite mi mano rápidamente cuando la sentí mojada por el semen de Adán, él se apretó rápidamente la erección para evitar que saliera más, me miro agitado con una sonrisa en su rostro, mi corazón se emocionó al verlo sonreírme.

-Es mejor que vayas afuera ya.- Se subió el bóxer y el pantalón mientras yo me vestía otra vez.

- Si, es mejor.- Una vez terminando de poner mi blusa me acerque a él.- ¿Estas bien?

Temía que me volviera a tratar de la misma manera pero solo asintió con la cabeza.

-Estoy bien.- Me miro pero no supe que pensar, su mirada no transmitía absolutamente nada.

Pero decidí no tomarle importancia, yo también podía divertirme. Salí de la cocina aun con el corazón latiendo rápidamente por lo que acababa de pasar, de camino otra vez al jardín  Oscar se acercó corriendo a mi rápidamente cuando me miro, se veía preocupado y mi corazón se encogió.

-Ey bonita ¿Que paso? Te estaba buscando, ¿Estas bien?.- Me miro a los ojos con preocupación.

Tenía miles de sentimientos encontrados pero en este momento más que nada sentía culpa, culpa por Oscar que era tan bello conmigo y se preocupaba por mí mientras yo estaba perdiendo mi dignidad con Adán en la cocina.

Ay Nicole.

-Estoy bien.- Le sonreí pero no dejaba de sentirme culpable.- ¿Cómo estas tú?.

-Mejor ahora que te veo.- Sus mejillas se enrojecieron.

-¿Dónde está Naty?.- Cambie de tema rápidamente.- Me muero por darle su regalo.

-Está jugando con unos amigos de ella.- Me miro con detenimiento.

Cuando quise caminar para pasar por un lado de él me detuvo del brazo.

-¿Me prometes que estas bien?.- Me miro a los ojos y yo aparte la mirada rápidamente.

-Estoy bien.- Le sonreí para que se quedara tranquilo.- Lo prometo.

La fiesta paso muy rápido, estaba de un lado a otro sirviendo a la gente y despidiendo a la que ya se iba retirando, cuando por la noche al fin se fue toda la gente me senté en una banca mirando a las estrellas, que esa noche se veían preciosas, pensaba sobre todo lo que había pasado con Adán, con Oscar y decidí no sentirme culpable, al final, ni uno ni otro tienen derechos sobre mí y yo puedo ser libre y hacer lo que yo quiera, sé que Adán no es bueno para mí pero no puedo evitar sentir lo que siento por él, por otro lado, Oscar es maravilloso conmigo pero no me puedo a obligar a sentir algo por él.

Sumergida en mis pensamientos comencé a escuchar risas de una mujer que rápidamente llamaron mi atención, voltee hacia la puerta de la casa y sentí una puñalada al corazón cuando vi salir a una rubia alta muy elegante y hermosa del brazo de Adán que venía riendo junto con ella. Mis ojos se llenaron inmediatamente de lágrimas y mi corazón se encogió tanto que dolía, estaba llena de rabia y celos, no sabía qué hacer ni pensar.
No éramos nada pero dolía como si lo fueramos todo.
Adán le abrió la puerta de su coche del lado del copiloto y una vez que los dos estuvieron arriba, Adán manejo hacia la calle desapareciendo de mi vista al salir por el portón. 

Blanco & NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora