Capítulo 2 ¡Contratada!

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Caminamos a lo que parecía ser la sala y me senté después de que ella me lo indicara. ¡Que comodidad!
Mis manos sudaban por lo nerviosa que me encontraba, jamás había estado en una casa así , excepto por la de estela que era un poco parecida.
- Veras, estoy buscando una muchacha que me ayude con el aseo de esta casa.- Comenzó a hablar.-  Ximena no puede con tanto sola, pobre, ella nos hace la comida y todavía el aseo, no me parece justo, necesito a alguien que pueda ayudarle a ella con lo que necesite, es una mujer muy linda y sobre todo amable, te caerá bien –Sonrió- Claro, si no tienes problema con el trabajo, por la paga no te preocupes que es muy buena y será semanal.

Me emocioné, sabía que necesitaba el dinero y no era un trabajo difícil de hacer.

-No tengo ningún problema con lo que Ximena me ponga a hacer, solo tengo una duda con los horarios y días de trabajo.

- A este punto quería llegar – Se acomodó en el sillón- Te necesitamos toda la semana desde la hora del desayuno que es a las 7:00 am, sé que es muy temprano y quizás pesado para ti si no tienes coche, por lo que te quería proponer – Me interese – Vivir aquí - ¡¿Qué?!- Tenemos un cuarto desocupado donde cabrias perfectamente, tiene baño propio así que no te preocupes por eso, puedes dar tus comidas en la cocina como todas las demás personas que trabajan aquí y una vez terminando tus deberes puedes salir a disfrutar de la alberca que tenemos en el jardín - ¡No puede ser! – O salir a visitar a tu familia – Se quedó observándome pero yo estaba muy sorprendida como para reaccionar. – Nicole?

- Lo siento – reaccione – lo lamento, estaba pensándo.

- No te preocupes, puedes pensarlo hoy y hablar por la noche o el siguiente día por la mañana para hacerme saber tu decisión – Se acomodó el vestido color rojo que llevaba puesto- Me gustaría mucho que fueras tú la que nos ayudara, pareces una muchacha amable y linda , sé que Natalia y Adán te amaran – Dijo entusiasmada pero al notar mi expresión de confusión añadió – Oh lo siento, son mis hijos, mi pequeña de 5 años de edad y Adán de 20 años. Son un amor.

Ya quiero conocer a su hijo.

- Me encantaría conocerlos, señora.- Conteste amablemente.

- Oh vamos, Llámame Victoria, no quiero sentirme vieja – comenzó a reír y yo con ella – Vamos, puedes retirarte, esperare ansiosa tu llamada.

¿Qué tan malo podía ser vivir con ella?
Era linda y gentil,  gozar de la alberca me era una idea fascinante, pero por otro lado, dejar a Rogelio solo no me parecía una buena idea, siempre hemos estado juntos y no puedo abandonarlo sabiendo como vivirá el, es injusto.
Llegue a  casa por la tarde y Ahí estaba el, como siempre, me recibió con un gran abrazo y me llevo arrastrando hasta el sillón viejo y feo que teníamos sin poder contener la emoción.

-¿Cómo estás? ¿Cómo te fue? –Emocionado- cuéntame todo.

Le conté detalle a detalle cómo era la casa, como era la señora Victoria, en qué consistía el trabajo y lo que implicaba, al principio se puso un poco triste y desanimado pues yo sabía que era duro para el quedarse solo en esta casa, estaba pensativo sin decir una sola palabra hasta que después de unos minutos reaccionó viéndolo como una gran oportunidad para los dos.

-Tienes que hablarles – Sugirió – Y después llevarme a conocer.
No pude evitar sonreír, mi hermano sin duda era un gran hombre, pensaba en mi antes que nada.
Era lo único que yo tenia.

Me levante del sillón y después de darle un beso en la frente camine hasta mi habitación, tenía que pensarlo pero no tomaría una decisión sin consultarlo con Estela primero así que le marque desde mi viejo celular.

- La amiga más hermosa de todás está a tus órdenes.- Contesto y no pude contener la risa.

le platique cada detalle al igual que a Rogelio y al terminar de hablar contesto con un gran grito de emoción que aturdido uno de mis oídos.

- ¿Puedes creerlo? Vivirás en una gran mansión y por si fuera poco, con todo gratis.-Pausa.- Y piscina.

-Si pero, Rogelio...

- ¡Ay Rogelio! – Me interrumpió enamorada – Vete tranquila que yo cuidare de él todo el día si es necesario.

Me reí.

- Vendré a verlo algunos días por la semana pero me gustaría que estuviera bien – Pausa – ¿Crees que podrías asegurarte de que tenga comida? No sabe cocinar ni un huevo revuelto a sus 22 años de edad.

- Dale que yo le cocinare todo lo que le guste – Contesto emocionada – Hasta mi cuerpo se podría cenar – Las dos reímos a carcajadas

- Suerte con eso, te quiero, besos – "Muak"

Busque el número de la señora Victoria en el celular y pulse "Marcar".

Bip... Bip...Bip...

-Hola, Nicole? – Su voz se escuchó del otro lado.

- Acepto.

Blanco & NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora